La infanta Elena cada vez más alejada de don Felipe y doña Letizia
Doña Elena no está de acuerdo con el ostracismo al que se ha condenado a su hermana. Esto ha hecho que se aleje de los reyes y cada vez vaya menos por Zarzuela
La infanta Elena ha sufrido en carne propia lo que anteriormente padecieron las infantas Margarita y Pilar, que aunque familia del rey, fueron excluidas de los actos donde se representaba a la Corona. Ese privilegio quedó para don Juan Carlos, doña Sofía y sus tres hijos.
Tras el escándalo del caso Noos, don Felipe pulverizó a su hermana Cristina y a su marido de Zarzuela, lo que llevaba implícito que no volverían a representar a la familia real. Parecía que Elena se salvaría de la quema porque no había dado ningún traspiés. Sin embargo, se aprovechó la coyuntura para dejarla fuera de juego. De hecho, ni está incluida dentro de lo que se considera la familia real, ahí tan solo constan los reyes actuales, sus hijas, don Juan Carlos y doña Sofía.
El comportamiento del rey con su hermana Cristina no ha gustado a doña Elena. Ella entiende que había que apartarla de las obligaciones públicas pero no de la familia. Y desde que estalló el escándalo, Cristina, Iñaki y sus hijos no han sido vistos en Zarzuela compartiendo fechas señaladas. La infanta considera que esto es innecesario. De hecho, casos similares han pasado en otras monarquías. Por ejemplo, la reina Beatriz de Holanda tuvo que ver como su fallecido hijo, Johan Frisso, renunciaba a sus derechos dinásticos para casarse con Mabel Wisse. El pasado convulso de la joven, ligada a personas poco recomendables, hizo que el parlamento holandés no diera su aprobación al matrimonio. La reina acató pero advirtió que Johan y Mabel seguirían formando parte de la vida familiar y que eso era innegociable.
Aunque en un principio se afirmó que Elena y Cristina intermediaron ante sus padres para que aceptaran la relación de su hermano con la entonces periodista Letizia Ortiz, parece que algo se torció en el camino. Dicen que entre las cuñadas se desataron una serie de desencuentros que llevaron a un clima gélido y de ahí la distancia. El rey tomó partido por su esposa y él y sus hermanas quedaron en bandos opuestos.
De la misma opinión que doña Elena, en relación a que Cristina debería seguir siendo considerada un miembro más de la familia y así participar de ella, es doña Sofía. Se comenta que ha intentado convencer a su hijo para que recapacite y tienda puentes a nivel personal con su hermana. Nada le gustaría más a la soberana que poder disfrutar de su hija y sus nietos en Navidad, Semana Santa y en verano. Sin embargo, en este punto, don Felipe es inflexible. Manifiesta que si se relacionaran con los Urdangarín, ni que fuera a nivel privado, la imagen de la Corona se vería afectada. La sombra de la corrupción es alargada.