Fallan las apuestas. La casa real británica toma una decisión inesperada

El mundo se ha puesto en estado de alerta a primera hora de la mañana cuando en el Palacio de Buckingham ondeaban las banderas a media asta. Posteriormente, se supo que se había reunido un gabinete de crisis. Medios especializados en casas reales apuntaban a una posible abdicación de la reina Isabel y también hablaban del deceso de su marido, el príncipe Felipe de Edimburgo. Sin duda, se han vivido momentos de gran conmoción que se han hecho eternos.

A las once de la mañana, desde Buckingham Palace han emitido un comunicado donde se señalaba que el marido de la reina Isabel se aparta de la vida pública. Ya no representará a la Corona en actos y viajes. La noticia viene a confirmar lo que hace tiempo es un secreto a voces, que la salud del príncipe consorte está tocada. En Navidad, cuando él y la soberana anularon algunos de sus compromisos, los británicos se alarmaron. La información oficial señaló que ambos estaban con gripe y de ahí que aplazaran el tradicional desplazamiento a Sandringham, donde los Windsor se reúnen para pasar esas fechas.

Más pronto que tarde podría recibirse otro comunicado donde se anunciara que la reina Isabel abdica. En este sentido, la soberana se ha desligado de más de veinte cargos honoríficos que ocupaba. El anuncio se hizo el pasado mes de diciembre. La soberana ya ha cumplido 90 años y lleva 65 reinando. Lo que se dice toda una vida. Aunque a Isabel II no le gusta la idea, parece que no le queda más remedio que ceder el testigo a su hijo Carlos, en quien nunca han confiado ni ella ni su esposo, pues consideran que ha antepuesto sus deseos a la obligación.