El rey Juan Carlos se disculpa ante la reina Sofía y su relación se normaliza
Don Juan Carlos y doña Sofía disfrutan de una nueva estación en su matrimonio. El rey emérito ha pedido perdón a su esposa por haberla humillado públicamente. Eso ha forjado la cordialidad.
La vida bien pudiera ser eso que pasa mientras al rey Juan Carlos le dejan al descubierto mediante grabaciones donde él daba el título de “Mi girl” a Marta Gayá. No era la primera vez que se hablaba de las correrías del monarca. Sin embargo, nunca, hasta entonces, habíamos escuchado al soberano admitiendo sus infidelidades. Eso lo dejó al descubierto y todos los ojos se volvieron hacia doña Sofía. ¿Cómo era posible que su marido la hubiera tratado tan mal y que ella hubiera aguantado tanto? Y sin rechistar, porque lleva marcado a fuego lo que aprendió siendo un niña que asistía con sus padres a un acto en Grecia y un terrible dolor de muelas la estaba matando. La reina Federica le dijo que tenía que sonreír y esperar hasta que aquello acabara y que, entonces, el dentista la visitaría. Es el aguantoformo al que ella se ha referido en alguna ocasión. Primero, la obligación, y luego, Sofía.
En Noruega había gran preocupación por cómo sentarían a los reyes eméritos habida cuenta de su no relación. Sin embargo, aparecieron en estupenda sintonía. Riendo y hablando como hacía años no se les había visto. Don Juan Carlos se dio cuenta de que le debía una disculpa a su mujer y se la dio semanas después de que salieran a la luz las grabaciones mencionadas en el párrafo anterior. La soberana aceptó y se sintió aliviada. Está agradecida porque el rey, en privado, ha reconocido su gran labor no solo como reina, sino como esposa. Es eso lo que le ha llevado a ella a agradecerle públicamente que le dejara estar al frente de la Fundación Reina Sofía para poder hacer lo que más le gusta, ayudar.
Los reyes eméritos han iniciado una nueva etapa en su relación. Se nota en sus miradas y gestos. Don Juan Carlos está arrepentido de haber hecho las cosas como las hizo. Sabe que tendría que haber sido más cuidadoso y no humillar a su esposa en público porque no lo merecía. La reina, por su parte, perdona y acepta al que siempre ha sido su gran amor. Ojala les ocurra como a Paola y Alberto de Bélgica que, tras años de peleas e infidelidades, se reencontraron en la madurez y contrajeron nuevas nupcias. Y se amaron como nunca, hasta entonces, lo habían hecho. ¿De qué están hechos los sueños?