Isabel Pantoja castiga a su diseñador de cabecera y discute con su hijo Kiko
La tonadillera está en el ojo del huracán. Su vuelta a los escenarios no está siendo como esperaba. La polémica la persigue por culpa de unos trajes y del comportamiento de su hijo Kiko.
Isabel Pantoja lo tiene claro, el que se mueve no sale en la foto. Y es que la tonadillera no quiere que nadie hable de ella en los medios. Da igual si se trata de sus circunstancias personales o profesionales. Silencio absoluto es la máxima de la diva, harta ya de que su nombre suene con sabor a polémica y negatividad. Y como la experiencia es un grado, la cantante, en esta nueva vida que ha iniciado, ha hecho que quienes trabajan para ella firmen un contrato de confidencialidad.
La última polémica que afecta a Isabel está relacionada con los siete trajes que para ella diseñó Ladrón de Guevara. Las creaciones fueron muy del agrado de la tonadillera, que se mostró exultante con el resultado. Sin embargo, no tiene intención de lucirlos ya que cree que el modisto se ha aprovechado de su nombre para publicitarse y comentar lo que no debía. A Ladrón de Guevara el tema se la trae bastante al pairo. Se trata de trabajo hecho y cobrado. Que se los pongo o no, es cosa de ella. A él plin.
Al problema de los trapitos se une otro que ha puesto a Isabel de los nervios. Sucedió durante su concierto en Sevilla, el que ofreció el pasado fin de semana. Allí acudió Kiko Rivera con su mujer y su hija. Mientras se dirigían a sus asientos, una mujer intentó fotografiar a la familia. El DJ, al darse cuenta de lo que sucedía, perdió los nervios y dio un manotazo a la buena señora tirándole el móvil al suelo. La cosa subió de tono, hubo gritos y palabras malsonantes, ya que otras personas que estaban por allí se unieron a la bronca. Mientras tanto, Irene intentaba poner paz y que la cosa no fuera a más. Pues bien, enterada Isabel Pantoja de lo sucedido, cogió a su hijo por banda y le rogó que no volvieran a repetirse este tipo de acciones ya que era muy desagradables y perjudiciales, tanto para ella, como para él, como para el resto de los Pantoja. La artista es consciente de que ni ella ni los suyos gozan de buena fama y este tipo de comportamientos lo único que hacen es dar la razón a sus detractores. Sin duda, un tirón de orejas más que acertado a su pequeño del alma.