Lo peor está por llegar para Rocío Carrasco: su hija quiere hablar
Hace ya tiempo que Rocío Flores barrunta la idea de conceder una entrevista. Ya ha decidido que irá a declarar como testigo en el juicio que su madre ha iniciado contra su padre.
Rocío Flores hace ya tiempo que manifiesta su interés en conceder una entrevista donde explicar lo qué ocurre con su madre. A la joven le gustaría hacer públicos los verdaderos motivos de este distanciamiento y cómo le ha afectado a ella. Aunque inmersa en sus estudios, Ro está muy molesta por el contencioso que su progenitora ha interpuesto contra su ex marido. Cree que su padre no merece eso. No obstante, lo de salir a la palestra, no es nuevo, es una idea que ella barrunta de tiempo atrás. Estaba decidida a dar el paso al cumplir los 18 años.
Si Ro no ha concedido entrevista en profundidad alguna en los medios es gracias a Antonio David, que le ha explicado las consecuencias de pisar esa línea. Él, mejor que nadie, sabe lo peligroso que puede ser iniciarse en esa senda. De ahí que le haya aconsejado a su hija que estudie y aparque la idea. Menos mal que la niña le ha hecho caso. Sin embargo, según cómo se desarrolle el contencioso judicial que ha iniciado Rociíto, Ro puede saltar a los medios. De hecho, ya se ha filtrado que está dispuesta a ir a declarar en el Rocío versus Antonio David si su testimonio se admite.
Además de obtener un dinerito que viene muy bien, pues Antonio David corre con la manutención íntegra de Ro y Da, también con la de la familia que ha formado junto a Olga, son padres de Lola, el motivo de algunos reportajes que ha concedido el colaborador ha sido su hija. Y es que la joven desea que el público conozca ciertos aspectos de la no relación con su madre. Rocío Flores está harta de escuchar a los afines a Rociíto en los medios explicando lo que ella considera historias para no dormir. Ensoñaciones disfrazadas de realidad. En este punto, cada vez son menos los que bancan a la Carrasco en el hecho de que no mantenga contacto alguno con sus hijos. Según parece, ni el intentar el acercamiento está en su hoja de ruta.
Tras su boda con Fidel Albiac, Rocío solo ha roto su retiro para ir a visitar a María Teresa Campos al hospital. Allí fue captada junto a su marido y acompañando a las que considera sus hermanas, Terelu y Carmen. Una vez la periodista recibió el alta, Rociíto quiso también cuidar a la que considera una segunda madre. Juntas veían Supervivientes y compartían confidencias. En Chipiona no la esperan. Sus tíos Amador y Gloria han perdido la esperanza de recuperar el contacto con la hija de su querida hermana. A quien sí ven con asiduidad es a Ro y Da. Ambos están muy unidos a sus tíos-abuelos. De hecho, los Mohedano, los Flores y los Ortega son una piña. Mientras tanto, la Carrasco sigue en su torreón, convencida de que la razón la asiste. Sin embargo, el tiempo pasa y sus hijos se hacen mayores. El reloj corre en su contra y pronto las manillas llegarán a la medianoche. ¿Se convertirá en calabaza por no dar su brazo a torcer? Érase una vez...