La maldición de las amigas especiales del Rey Juan Carlos
La lista de compañeras fraternales del rey emérito es extensa. Un asunto que ha dado para mucho. Sin embargo, cuando las damas quedan fuera del manto real, empiezan los problemas.
Parecería que haber formado parte de la corte de amigas especiales de don Juan Carlos era un salvoconducto que evitaba problemas. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Corren malos tiempos para este grupo de selectas damas que un día compartieron vino y rosas con el monarca. La mediática Corinna ha visto como tras perder la protección del manto real, la vida tiene otro sabor. Ya no goza del mismo status ni es tan bien recibida en los círculos más selectos como antaño. La rubia lidia estos días con el anuncio que ha hecho su ex suegro, el príncipe Alexander de Sayn-Wittgenstein, que ha dejado muy claro que Corinna no tiene derecho a utilizar el título de princesa y el tratamiento de Alteza Real que le otorgó su matrimonio con el príncipe Casimir, padre de su hijo Alexander. A nadie se le escapa que esto jamás se hubiera producido de haber seguido unida fraternalmente al rey emérito. Sin duda, esto representa un duro varapalo para Corinna Larsen, para quien el título se ha convertido en uno de sus grandes avales a la hora de incursionar y escalar peldaños entre la alta sociedad.
El nombre de Bárbara Rey ha sido objeto de muchos comentarios y fuente de artículos y capítulos en libros. Se habla de que la totanera, que siempre ha jugado a la ambigüedad en este tema, mantuvo una camaradería con el rey emérito hace muchos años. Desde entonces, la vedette ha tenido un deambular profesional irregular pasando por rachas económicas muy difíciles. De hecho, ha subsistido a base de entrevistas en programas rosas. Ella misma ha denunciado la situación en diferentes ocasiones hablando de un supuesto veto que la habría perjudicado de lo lindo. Recientemente, su salud se resintió y tuvo que ser ingresada a consecuencia de una grave neumonía. Está recuperándose acompañada por sus hijos, nacidos de su matrimonio con Ángel Cristo, Ángel y Sofía, que no la dejan ni a sol ni a sombra.