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La reina Máxima de Holanda le da una lección de savoir faire a la reina Letizia

Máxima es una de las reinas más apreciadas por los miembros de la realeza y gente de a pie por su cercanía. Letizia no ha conseguido conectar por esa manía de salvaguardar la privacidad.

Máxima conquista por su simpatía y cercanía

Máxima conquista por su simpatía y cercanía

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Máxima de Holanda es una de las reinas más apreciadas por miembros de la realeza y plebeyos. Y es que la soberana ha demostrado que ha sabido adaptarse a su estatus de royal sin perder ni un ápice de esa cercanía, simpatía y espontaneidad que la caracteriza. Tanto ella como su marido están de acuerdo en que sus hijas deben llevar una vida lo más normal posible. Sin embargo, desde bien pequeñas, Amalia, Alexia y Ariane, de 13, 11, y 10 años de edad respectivamente, acompañan a sus padres a algunos de sus compromisos. Cosas livianas para que se vayan familiarizando y tomen conciencia del lugar que ocupan en el mundo.

Los reyes de Holanda siempre han tenido claro que hay un tiempo para el trabajo y otro para el ocio. Así las cosas, no escatiman fotos cuando están cumpliendo con sus obligaciones. Además, cada año, posan con sus hijas en fechas vacacionales, como el verano. Estas imágenes son muy del agrado de los holandeses y de los amantes de la realeza. Gusta ver cómo crecen las encantadoras princesas. Nada que ver con la actitud que doña Letizia y don Felipe mantienen en relación a Leonor y Sofía. Los reyes de España parecen tener fobia a mostrar a sus niñas. Es tanto el celo que ponen en protegerlas del ojo público que el asunto ralla en lo obsesivo. Así las cosas, a las infantas solo las vemos en verano, y poco más. Sin duda, una actitud que desagrada y choca, y más si tenemos en cuenta que las pequeñas están destinadas a llevar una vida llena de actos públicos, rodeadas de cámaras y micrófonos.

Con los años, la reina Letizia ha ido marcando terreno a base de privacidad. Resulta imposible averiguar su destino vacacional ya que desde Zarzuela no informan de estos temas dado que se consideran de carácter privado. Mallorca no le gusta a la soberana y solo pisa la isla cuando es estrictamente necesario. Tampoco son de su agrado las reuniones con otros miembros de la realeza. Muy comentada fue su ausencia en el cumpleaños de Pablo de Grecia. Marie Chantal Miller organizó dos fiestas en su residencia londinense, una para su marido y otra para su hija Olympia. Por allí se dejó caer la flor y nata de la alta sociedad, príncipes y princesas, reyes y reinas, diseñadores y otros profesionales liberales muy bien posicionados. Sin embargo, doña Letizia no acudió. Algunos aseguran que su ausencia se debió al hecho de que allí podía encontrarse con sus cuñados, Iñaki y Cristina. No parece que este fuera el motivo si tenemos en cuenta que tampoco estuvo presente en la primera comunión de uno de los hijos de Laura Ponte y Beltrán Gómez-Acebo, hijo de la infanta doña Pilar.

La obsesión de doña Letizia por marcar su terreno en cuestión de ocio ha hecho que se hable de desavenencias matrimoniales. A ella lo que le gusta es perderse con sus amigas por Madrid. Los amigos de su marido no son de su agrado y no los frecuenta. Lo mismo ocurre con su familia política, tal como ha podido comprobarse por última vez durante el cumpleaños de Pablo de Grecia. En el otro lado de la orilla, Máxima de Holanda, que siempre va con su esposo a este tipo de reuniones. La soberana ha sido muy bien acogida en su familia política porque, desde el principio, hizo grandes esfuerzos por adaptarse a su nueva vida. En cambio, en el caso de doña Letizia ha sido la Casa Real quien ha tenido que adaptarse a ella.

La reina Máxima es una mujer con formación universitaria. Cuando empezó a salir con el entonces príncipe Guillermo, trabajaba en Nueva York en una entidad bancaria. Es licenciada en Económicas e hizo un master en Estados Unidos. Sus conocimientos y su experiencia la ha puesto al servicio de la corona promoviendo los microcréditos como fuente de salvación para los más desfavorecidos. Esta labor es muy alabada y resaltada por los medios. En el caso de doña Letizia, la prensa pone la lupa en sus looks. Y es que desde que entrara a formar parte de la familia real, la soberana presta una gran importancia a su imagen. Se cuida a base de tratamientos de belleza, medicina estética y deporte. La verdad es que luce estupenda. Sin embargo, su estilo recuerda en mucho al de Rania de Jordania, encantadora pero mundana. Así las cosas, Máxima gana a Letizia por goleada.

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