Críticas contra Campanario por jugar al despiste con su enfermedad

María José Campanario no deja de sorprender desde que Kiko Hernández diera la exclusiva en Sálvame de que estaba ingresada en un centro psicológico por problemas de salud derivados de la fibromialgia que padece. Desde entonces hasta ahora, la esposa de Jesulín ha enviado mensajes negando la mayor. Con vehemencia, afirmaba que estaba en su casa y que se encontraba estupendamente. La confusión ha sido tal que ha habido conatos de marejada entre periodistas. Y, mientras tanto, Mery Torres, como así gusta hacerse llamar familiarmente María José, debía reírse a mandíbula batiente de lo que veían sus ojos y escuchaban sus oídos.

Como siempre, su versión de los hechos la ha dado Campanario en su revista de cabecera. En la misma se indica que se trata de “Declaraciones a”. Sin embargo, muchos hablan de exclusiva. No sería extraño, pues cuanto más fuerte ha arreciado la tormenta sobre el matrimonio Janeiro, ellos han optado por protagonizar reportajes bien remunerados. Sin duda, esto ha sido la puntilla a un asunto que ha preocupado a los medios ya que ella tiene buenos amigos en la profesión. Periodistas que hoy se sienten muy decepcionados porque la celebrity les ha engañado. El resto del colectivo de informadores del mundo rosa muestra su repulsa al juego que se ha traído la esposa del diestro. El asunto tiene mucha enjundia y debe tratarse con la seriedad que merece, especialmente por parte de la protagonista.

Desde la clínica donde está Mery se ha informado que su estado es delicado. El periodista Gustavo González expresó que el problema de la famosa sería la dosis de calmantes que estaba tomando para combatir el gran dolor que ella asegura le produce la fibromialgia. Según esta información, María José habría ingerido más pastillas de las pautadas desde hace tiempo. El tema ocupa y preocupa a los Janeiro. El torero está pasando un momento muy complicado al ver la situación en que se encuentra su esposa. Desea que se recupere lo antes posible y sufre al verla en su estado actual. Mientras tanto, los hijos de la pareja están al cuidado de familiares. La niña, Julia, con sus abuelos maternos. El niño, con los paternos.

Hace ya tiempo que Campanario observa un comportamiento extraño. Las primeras alarmas saltaron cuando abrió una cuenta en Instagram y empezó a postear fotos y vídeos. Interactuaba con sus seguidores y dejaba caer algunas perlas que llamaron la atención. Al final, un vídeo advirtiendo de que demandaría a un follower que dijo algo incorrecto sobre Andrea Janeiro, remató su vida en la 2.0. Jesulín le dio un toque y ella cerró la cuenta. No lo hizo bien. Lo correcto hubiera sido advertir a su marido de lo que sucedía, éste comentárselo a Belén Esteban y ambos decidir sobre qué medidas tomar. En cambio, con su proceder, Mery solo consiguió dar publicidad al infractor. No pasó desapercibido el hecho de que desviara sus llamadas al teléfono de Kiko Hernández. Ella aseguró que fue un error y que su intención era desviarlas al móvil de su amiga Kika. ¿Cuentos chinos?