Julio Iglesias, tocado y hundido vive el peor verano de su vida en soledad

Julio Iglesias ha perdido la sonrisa con la que llegó a España dispuesto a disfrutar de unas vacaciones en su magnífica casa de Ojén, Málaga. Estaba pletórico e ilusionado con esta escapada que se ha convertido en un ritual anual al que nunca falta desde que adquiriera la majestuosa propiedad. Sin embargo, su tranquilidad se ha venido abajo desde que conociera que una prueba de ADN ha confirmado que Javier Sánchez es su hijo. El cantante había enterrado este tema hace muchos años, cuando la Justicia se puso de su parte. Sin embargo, el destino ha hecho una de las suyas y tiene que lidiar con un asunto que le desagrada sobremanera. ¿Los motivos? Pues que eso significaría que le fue infiel a Isabel Preysler con la bailarina portuguesa María Edite Santos. Un secreto a voces que el ex matrimonio se negó a escuchar.

Familiares directos a Julio sabían de esta posible paternidad y trataban el tema con normalidad. Es el caso del carismático doctor Puga, padre del cantante, que reconocía el asunto en privado. Julio Jr. y Javier coincidieron alguna vez en Miami y charlaron, no así Chábeli, siempre más distante y altiva que el bueno de su hermano, todo simpatía y humanidad. En relación al tercero de los hijos que el artista tuvo con Isabel Preysler, Enrique, se desconoce si mantuvo algún contacto con el que pudiera ser su hermanastro si los tribunales fallan a su favor. Javier lo tiene claro, interpondrá demanda de paternidad.

La situación de Javier Sánchez no es buena. Vive de forma modesta con su esposa en Valencia. Regenta una tienda dedicada al deporte y de ahí vienen sus ingresos. A pesar de esto, no tiene intención alguna de comerciar con este asunto. Y eso que le han ofrecido bastante dinero por una entrevista. No quiere una lluvia de euros, sino un padre. No obstante, aunque los tribunales le den la razón parece poco viable que pueda disfrutar de Julio Iglesias, cerrado en banda a contacto alguno con el chico y su madre. Ambos son para él una pesadilla que desearía desapareciera.

Cuando los hijos que Julio tuvo con Miranda eran pequeños, la familia al completo se instalaba en Ojén. Las cosas han cambiado desde que se han hecho mayores. Málaga no les gusta y prefieren disfrutar de su círculo de amistades en Miami. Así las cosas, su madre se ha quedado con ellos. La vida de Miranda gira alrededor de sus retoños. Las dos niñas quieren seguir sus pasos y encaminarse hacia el mundo de la moda. Les gustaría hacerse un hueco en las pasarelas. Ni a Julio ni a su esposa les hace mucha gracia pues saben de la servidumbre de la fama.

Y mientras Javier Sánchez ha elegido la discreción, su madre el camino de la televisión. Está ávida de pantalla y con ganas de rentabilizar esta renacida fama que hace años la abandonó. Sigue viviendo en Valencia y la relación con su hijo es correcta. El problema es que María Edite cree que su situación actual la ha revalorizado a nivel económico y pedía un caché altísimo. De ahí que se hayan venido abajo entrevistas que parecían cerradas. Menos mal que ya ha aterrizado y conoce el valor real de sus palabras. Próximamente, podremos verla en Sábado Deluxe. Las revistas no están interesadas en ella a menos que aparezca su hijo, auténtico protagonista de una historia que ha puesto patas arriba el universo de Julio Iglesias. Será el 15 de agosto cuando el abogado de Javier presente la demanda de paternidad. Mientras tanto, el demandante quiere curarse en salud ante las piedras que barrunta encontrará en el camino y ha enviado una carta al Defensor del Pueblo solicitando amparo.