La hija de Dámaso González, rota y sola ante el peligro
El diestro falleció tras luchar contra una grave enfermedad. Su hija Marta está muy afectada. Se ha quedado sin su mayor apoyo para luchar contra su ex, el hijo de Palomo Linares.
Un cáncer acabó con la vida de Dámaso González. El torero dio muchas tardes de gloria en esas plazas de toros que fueron santo y seña de varias generaciones. El maestro falleció en el hospital, rodeado de los suyos, que ya sabían del terrible desenlace. Sin embargo, ¿quién no espera un milagro? No ocurrió. Deja viuda, Feli Tarruella, y cuatro hijos, Elena, Marta, Sonia y Damaso Jr., que ha seguido sus pasos profesionales. La familia siempre ha sido una piña. De hecho, todos, en mayor o menor medida, estaban involucrados en los negocios que inició el diestro. Hace ya mucho que decidió que su finca, Los Prados, se alquilara para bodas y eventos.
Era inevitable que la fama que acompañó al maestro durante toda su vida salpicara a algunos de sus retoños. Las más mediáticas, Sonia y Marta, ambas periodistas y habituales del papel cuché por sus relaciones sentimentales. La primera está unida al cantante Juan Peña y tienen un hijo en común, Tristán, a quien su abuelo adoraba. Por su parte, Marta, matrimonió con Miguel Palomo Danko. Las cosas acabaron muy mal. Todo se vino abajo cuando Palomo Linares y Marina Danko se separaron. Aseguran que para entonces ya eran asiduas de El Palomar Lilia López y su hija Jimena Begoña Guzmán. Lilia se ennovió con el fallecido torero y su hijo cayó rendido a los pies de Jimena. Mientras tanto, Marta González asistía atónita a lo que ocurría en la finca. Hasta que un día no pudo más y explotó.
Dámaso González y Feli Tarruella jamás estuvieron de acuerdo en que su hija firmara el contrato de confidencialidad que Miguel Palomo Danko le puso sobre la mesa. El mismo especificaba que jamás podría revelar nada sobre los negocios de su ex marido, ni acerca de los motivos de su ruptura, ni tampoco hablar sobre las controvertidas Lilia y Begoña. Además, Marta renunció a reclamar cantidad económica alguna que pudiera corresponderle de los negocios que Miguel inició cuando estaban juntos. Y así se esfumaron doce años de matrimonio. La única de su familia política que la arropó fue su ex suegra, que también lo pasó muy mal en los últimos tiempos de su unión. Palomo Linares no permitió que la madre de sus tres hijos entrara en el que fue hogar conyugal para recoger sus pertenencias. Lo mismo le ocurrió a su nuera, que se fue y no pudo regresar jamás.
Cuando falleció Palomo Linares, Marta González acudió al tanatorio para darle el último adiós. Se vivió una escena surrealista cuando su ex le prohibió la entrada. Lo allí presentes no daban crédito ante tamaña crueldad. “¿De qué pasta está hecho este chico?”, se preguntaron al contemplar el bochornoso espectáculo. La hija de Dámaso González se fue de allí envuelta en lágrimas. Visto lo visto, Miguel Palomo Danko debería estar agradecido ante lo mucho que su ex mujer le ha facilitado las cosas. Ha accedido a sus deseos sin poner pega alguna. Sin embargo, parece que eso no es suficiente para el hijo favorito de Palomo Linares. Ahora, la periodista ha perdido su mayor apoyo, su padre, ¿quién la protegerá cuando su ex vuelva a embestir contra ella?