Isabel Pantoja abandona a la "oveja negra" de su familia en el peor momento

Bernardo Pantoja está completamente alejado del núcleo duro de su familia. La tonadillera hace mucho que no quiere saber de él. Su estilo de vida jamás ha sido de su agrado. Considera que podía haberse labrado un porvenir en vez de dejarse caer en el dolce far niente sevillano. Visto lo visto, cualquiera podría pensar que Bernardo es un elemento de cuidado. Sin embargo, Chiquetete, lo define: “Como el mejor de la familia. Es muy buena persona”. Ambos primos se adoran y mantienen una excelente relación. La misma se hace extensible a Carmen Gahona.

Que Bernardo está considerado como el garbanzo negro de la familia salta a la vista cuando se conoce que las Navidades no las pasa con su madre y sus hermanos. En Cantora no le quieren y hace años que comparte tan entrañables fechas con Chiquetete y su familia. Le acompaña Junco, a quien está unido sentimentalmente desde hace años. Ella, japonesa de nacimiento, fue bailaora y ahora se dedica al diseño de trajes de flamenco. Además, es fan de Isabel Pantoja, a quien dedica bellísimas palabras y lanza piropos siempre que puede. En alguna ocasión se ha comentado que la pareja protagoniza sonoras discusiones en su domicilio. Sea como fuere, el caso es que siguen juntos.

Bernardo no es tonto y sabe que su hija Anabel poco o nada quiere saber de él. No obstante, que nadie le hable mal de la niña de sus ojos porque no lo consiente. A quien lo intenta, le corta rápidamente. En este punto, es inflexible. Anabel es fruto de su matrimonio con Mercedes Bernal, una funcionaria sevillana con quien se casó y posteriormente se separó. La hija de ambos quedó al cuidado de la madre y siempre ha estado muy protegida por sus tíos Agustín e Isabel. La consideran como una hija y han intentado que las aventuras y desventuras de su padre no afectaran su infancia y adolescencia.

Hace años, Bernardo Pantoja sufrió una meningitis que le dejó algunas secuelas, al menos así lo explica Chiquetete. Su salud se ha resentido mucho en los últimos años debido a la diabetes. La semana pasada fue ingresado en el hospital y han tenido que amputarle un pie. Por el centro médico no se ha visto a la tonadillera ni tampoco se la espera. Isabel continúa disfrutando del verano en Ibiza con sus hijos, las respectivas parejas de estos y sus nietos. Hace ya mucho que borró a su hermano de su lista de los afectos y no hay posibilidad de reencuentro.