Mónica Pont no quiere la independencia en Cataluña por motivos sentimentales
La actriz sigue con los problemas derivados de su separación con quien fuera su marido. Mónica y Javier no han sido capaces de entenderse y eso sigue perjudicando al hijo que tienen en común
Mónica Pont sigue con sus problemas de relación con su hijo. Como se recordará, la actriz se casó con Javier Sagrera. En un principio, el matrimonio fue muy bien. Tuvieron un niño y parecían felices. Sin embargo, con el paso del tiempo, empezó el desgaste en la pareja y desembocó en separación. A partir de ese momento, las rosas se volvieron espinas y se inició una lucha que ha llegado hasta nuestros días. El punto más álgido fue la custodia del hijo que tienen común. En un principio, la justicia falló que viviera con la madre. Posteriormente, la situación daría un vuelco y el tribunal indicaría que el niño debía irse con su padre debido al tema del arraigo. Mónica vivía en Madrid y su hijo había pasado sus primeros años en Gerona. Aquello sumió a la actriz en una absoluta tristeza. Luchó en los juzgados hasta que vio que nada cambiaría. Ella siempre ha manifestado que hubo algo extraño en aquella resolución dados los contactos de su ex marido.
Han pasado los años y Mónica no consigue rehacer puentes con su hijo. Lo ve cuatro veces al mes y ahora la cosa se complica porque ha empezado a correr en karts. Una afición que le ocupa de viernes a domingo y en la que, según la actriz, su padre quiere que se centre como futura salida profesional. Por su parte, Mónica Pont considera que los karts deben ser un premio para el chico cuando las notas acompañen, no el centro de su universo. Ella asegura que tal como está la situación, es muy difícil ejercer de madre, que le toca ser la mala de la película imponiendo disciplina, mientras su ex la desautoriza consintiendo al chico en todo. Sin duda, un tema espinoso.
En la actualidad, Mónica está muy preocupada por el tema catalán. Afirma que si se proclama la independencia, su hijo dejará de ser español y, por tanto, lo perderá para siempre dado que sus derechos como madre se verán perjudicados debido a un tema de nacionalidad. Sin duda, sorprende su razonamiento pero el caso es que ella lo cree así. Por su parte, su ex marido cuenta que él y su hijo son muy felices y que el único punto de desestabilización que tiene el niño es Mónica Pont, que no le deja vivir tranquilo con sus constantes requerimientos a través de los medios. Todas estas novedades se han conocido tras el paso de la actriz por Sábado Deluxe. Fue Javier Urra, antiguo defensor del menor, quien le expresó que hablar de su hijo en televisión no contribuía a solucionar nada, al contrario, perjudica porque sitúa al niño en el centro de la diana y eso hace que pueda verse señalado en su vida diaria. Por ejemplo, en el colegio por sus compañeros.
El tema del arraigo social que ha primado en este caso hace pensar en los motivos que han llevado a Mónica a no organizar su vida de otra manera. Podría haber pasado unos días a la semana en Girona y de ahí desplazarse a Madrid cuando conviniera. Su trabajo de actriz no requiere de ocho horas al día, de lunes a viernes. Son muchos los padres y madres que se ven en esta situación y lo solventan como pueden, y más cuando ya no hay nada que hacer en el tema de la custodia. Sea como fuere, aquí el mayor perjudicado sigue siendo el niño, que se encuentra en medio de una situación dolorosa y difícil de entender para alguien de su edad. Sin duda, estamos ante una de las separaciones peor llevadas en el mundo de los famosos.