Isabel Pantoja ejerce de mediadora para salvar el matrimonio de su hijo

Kiko Rivera e Irene Rosales viven una profunda crisis. A menos de cuatro meses para que ella dé a luz, se ha conocido que el DJ habría vuelto a las andadas. Todo ocurrió en su último viaje a República Dominicana. Según algunas fuentes, Kiko estuvo de fiesta y se habría dejado llevar por la pasión con una señorita. El asunto, lejos de quedar en la intimidad, ha saltado a la palestra, para el consiguiente enfado del DJ, que tuvo conocimiento de todo tras su salida de Gran Hermano.

Aunque Irene, en público, asegura no creer nada de lo que están diciendo, la procesión va por dentro. Se están dando detalles y pruebas que hacen que desconfíe. Se habla de que ya ha mantenido una conversación con su marido y que la misma discurrió por cauces nada amistosos. Hubo reproches, lágrimas y la palabra separación salió a relucir. Sea como fuere, el caso es que Kiko Rivera tiene un problema. Otra vez le persigue la sombra de la infidelidad y esta vez puede atraparle.

Lo cierto es que el DJ ha negado que las acusaciones que le achacan sean ciertas. Reconoce que sí estuvo de fiesta pero que no mantuvo intimidad con señorita alguna. Sin embargo, sus palabras no suenan a contundentes. Parece atrapado y temeroso de quienes conoció en República Dominicana, salgan para explicar el living la vida loca que allí imperó. Mientras tanto, su familia arropa a Irene. Temen que diga “Se acabó”, de un golpe en la mesa y opte por la separación. Isabel Pantoja está de los nervios y hoy se reunirá con la pareja para intentar conseguir que no se cumplan los peores presagios. Sabe que su nuera está desconsolada y tema que todo esto afecte a su embarazo. Malos tiempos para los Rivera Pantoja.