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Antonio David le gana la partida a Rocío Carrasco dejándola tocada y hundida

La ex pareja sigue con su enfrentamiento en el juzgado. Rociíto no está dispuesta a enterrar el hacha de guerra porque cree que su ex es la mano que mece la cuna mientras pierde la partida.

Rocío Carrasco, nuevamente cuestionada

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Antonio David Flores le ha vuelto a pasar la mano por delante a su ex mujer en relación a sus hijos. Y es que el colaborador de televisión ha sido escogido por la Asociación de Víctimas de la Ley de Violencia de Género, AVILEGEN, como uno de los galardonados con el Premio Libra por la lucha que durante años ha mantenido para conseguir la custodia compartida de Ro y Da. Nada más enterarse de la noticia, Antonio David manifestó: “Esto es lo que me hace pensar que lo que ha sido una lucha personal ha conseguido transformarse en un referente global de la conquista de la igualdad efectiva. Son muchos los padres que me llaman para que les aconseje, pero lo que pido es que se les ayude institucionalmente porque también son ciudadanos y están sufriendo lo mismo que yo”. Y es que a sus espaldas lleva años de ruido, mucho ruido para poder convivir con sus hijos. Lo suyo no ha sido fácil, y lejos de esconderse, no ha dudado en exponerse para dar luz a un problema que afecta a muchas personas en nuestra sociedad.

Mientras tanto, en el otro lado de la orilla, Rocío Carrasco, que no mantiene contacto alguno con sus hijos. Su hija mayor decidió irse a vivir con su padre cuando era una adolescente y, desde entonces, un muro de silencio. Antonio David reveló en una entrevista que Rocío llamó una vez a su madre y se quedó de piedra al recibir su contestación: “Aquí no llames, yo no soy tu madre”. Este verano se pudo ver a David desconsolado cuando se encontró con su progenitora en los juzgados y ésta no se acercó a darle un abrazo. Menos mal que allí estaba su padre y Olga para consolarle. En este asunto, tanto Ro como Da han cerrado filas alrededor de Antonio David porque saben que pueden contar con él para todo. Es incondicional y representa la piedra más sólida en su vida. En cuanto a Rocío Carrasco, no esperan nada. Estamos ante un asunto que podría derivar en irreconciliable entre ambas partes, de ahí que José Antonio, marido de Gloria Mohedano, pidiera a su sobrina que no siguiera adelante con la demanda que interpuso contra su ex marido si todavía albergaba alguna esperanza de reencuentro con sus hijos. Todo indica que no le ha hecho ningún caso y sigue en sus treces por el camino judicial.

Cuesta creer pero Rocío Carrasco está convencida que Antonio David es la mano que mece la cuna. Le considera culpable de las informaciones que no son favorables a ella. Piensa que su ex se ha dedicado a propagar lo que denomina bulos sobre los motivos del distanciamiento con sus hijos. A tanto llega el asunto que asevera que el tertuliano maneja un ejército de periodistas dispuestos a narrar lo que él diga. Sin duda, chocante. ¿Ha desarrollado la hija de Rocío Jurado una obsesión en relación a su ex marido? Tan solo un experto podría contestar a esto. Lo que sí está claro es su convencimiento acerca de que desea hundirla. Quién sabe si esto se hace extensible a los Mohedano y de ahí que haya soltado amarras. Visto lo visto, la cuestión ha devenido en un ¿thriller de argumento paranoico? o tal parece.

Rocío Carrasco cuenta con bastantes defensores mediáticos. El problema es que son incapaces de explicar su proceder parapetándose en su deseo de intimidad. La última que habló sobre la cuestión fue su segunda madre, María Teresa Campos, que le lanzó un capote de lo más lacrimógeno: “Lo único que pido es que la vida sea justa con ella. Rocío ha pasado mucho. Ha visto morir a su padre, al que estaba muy unida, y vivió la enfermedad de su madre. Hay otras cuestiones de las que no he hablado nunca ni lo voy a hacer ahora, pero, ojalá, la vida sea justa con ella”. Y por enésima vez nos quedamos sin conocer las razones que han llevado a la famosa al distanciamiento total con sus hijos. Sin duda, ellos son quienes peor lo pasan. Ro llora en silencio por la ausencia de su madre. Pasan los años y no consigue olvidar. Da tampoco entiende por qué su progenitora se comporta así. Le gustaría hablar con ella y de ahí que no se separe de su teléfono móvil esperando una llamada que no llega. Y, mientras tanto, Rociíto se mantiene junto a Fidel Albiac. Desde que ocurriera el desagradable episodio en el juzgado, donde no fue capaz de acercarse a su hijo, sus salidas se han reducido considerablemente. Según declaró entonces, había llegado a un punto en que no podía ir ni a la peluquería para teñirse el pelo, de ahí las entradas blancas que lucía, porque la llamaban “mala madre”. Al parecer, esto también ocurría cuando paseaba por la calle y se hacía extensivo a todos los ámbitos de su vida pública. Ay Señor, Señor…

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