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Toñi Moreno, tocada y hundida tras ser humillada en público y en su propia casa

La presentadora acusa la tensión a la que se está viendo sometida. Las cosas se están complicando y Toñi Moreno se desespera. Siente el aliento del enemigo muy cerca y no sabbe qué hacer.

Toñi acusa la tensión del momento

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Toñi Moreno lo está pasando mal. Y es que tiene que aguantar carros y carretas en su propia casa. En Telecinco no se lo están poniendo nada fácil. Es cierto que han confiado en ella para sustituir a María Teresa Campos. Sin embargo, ¿a qué precio? Es lo que muchos se están preguntando a estas alturas del partido. Especialmente, aquellos que la aprecian y ven el calvario que está atravesando. Sobre su cabeza, la espada de la audiencia y la de su antecesora, que ni olvida ni perdona que alguien que estuvo bajo su mando haya sido su relevo. Ya ocurrió cuando presentaba ¡QTTF! que no llevaba bien que la dirigieran personas que habían estado a sus órdenes.

Este fin de semana ha resultado especialmente convulso para Toñi. La cosa se complicó con la entrevista a Mari Carmen, la de sus muñecos, que tuvo una extraña actitud en plató. Lejos de mostrarse participativa, hacía que doña Rogelia interrumpiera constantemente a la Moreno, lo que dinamitó la conversación y puso a la presentadora al borde del parraque. Menos mal que aquello se acabó y todos respiraron aliviados. Lo cierto es que la ventrílocua tiene un carácter complicado, bien lo saben quiénes han lidiado con ella. No es fácil de llevar y tiene tendencia a la vehemencia cuando las cosas no se hacen como ella quiere.

Toñi no fue ajena durante la semana pasada a los cebos que Telecinco emitía sobre la entrevista de Risto Mejide a María Teresa Campos. Intentó prepararse para no perder la compostura. Sin embargo, se temía lo peor, como así ha sido, aunque no por eso la estocada ha dolido menos. Sin duda, un golpe bajo que muestra muy a las claras el mal perder profesional que tiene la matriarca de las Campos. Así se expresó sobre lo que ve en televisión el fin de semana: “Me pongo películas”. Por cierto, que no nombró a Toñi para que la humillación fuera doble.

Hace algún tiempo, Toñi Moreno reveló que una persona de Telecinco la llamó para ofrecerle un programa que tomara el relevo de ¡QTTF! La cadena quería aire nuevo para esa franja dado que el recuerdo y los homenajes habían dejado de funcionar. De hecho, el espacio sufrió muchas críticas y algunos utilizaron la burla a modo de venganza. Fue el caso de Pipi Estrada, que se refería en público a ¡QTTF! como ¡Qué tiempo tan senil! Y es que lo del periodista y las Campos daría para escribir un libro.

Lo cierto es que Toñi aceptó la propuesta de Mediaset con ilusión y confianza. Le dijeron que confiaban en ella y que la iban a apoyar. Pue bien, tras lo sucedido con la Campos, han saltado las alarmas. La Moreno no comprende cómo es posible que en Cuatro, cadena hermana de Telecinco, se haya permitido semejante humillación por parte de María Teresa, y encima con la complicidad de un Risto Mejide que ha caído en el amarillismo que tanto criticó porque sabe que un fallo más le pondría en un punto sin retorno.

A partir de ahora, las cosas se complican para Toñi. Y ha comprobado que María Teresa está ahí y que no la va a dejar tranquila. Y eso que ha hecho concesiones, como la entrevista que realizó hace unas semanas a Terelu Campos. Pues ni eso contenta a la matriarca del clan, famosa por lo mal que encaja sus reveses profesionales y los de su hija. De hecho, en los pasillos de la cadena amiga todavía se habla del pollo que le montó en sastrería a María Patiño cuando se enteró que sustituía a su hija en el Deluxe. Otra que también ha recibido lo suyo ha sido Emma García. Y es que Teresa quería que su hija estuviera al frente de las tardes de Telecinco en los tiempos de A tu lado. Lo intentó pero no lo consiguió. Le pararon los pies diciéndole que Terelu todavía no estaba preparada para tales menesteres, lo que hizo que su ira aumentara. Sin embargo, viniendo esas palabras de quien venían, tragó saliva, respiró tres veces y sonrió.