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El drama de María Lapiedra, una dolorosa historia de vida que la ha marcado

"Las ex porno stars también lloran", podría titularse esta parte desconocida de la existencia de María. Tras su sonrisa se esconde una triste historia que la atormenta y causa mucho dolor.

Las lágrimas negras de María Lapiedra

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María Lapiedra siempre está sonriente y dispuesta a protagonizar numeritos para alegrar al personal. Se mueve bien en los límites del show mediático, donde ha protagonizado sonados escándalos. El último tiene en vilo a los espectadores de Sálvame, que están enganchados a sus aventuras y desventuras con Gustavo González. El asunto se ha convertido en un auténtico culebrón que eleva la audiencia y que sus protagonistas quieren exprimir al máximo.

La chispa saltó cuando una revista publicó la separación del periodista. A partir de ese momento, la sombra de María Lapiedra planeó sobre él hasta que le atrapó. La rubia ha hecho público que quiere separarse de su marido para irse con Gus, a quien define como “mi gran amor”. Y, mientras tanto, va dejando caer perlas de alto voltaje acerca de la intimidad que han compartido. Detalles morbosos que son auténticas puñaladas para la mujer del colaborador de Sálvame y sus hijos.

Ha sido la íntima de Lapiedra, Sol Vartan, quien ha metido el dedo en la llaga al hablar de “las carencias afectivas” de su gran amiga en Sálvame. Un hilo del que hemos tirado en Esdiario y nos ha llevado a descubrir el auténtico drama de la ex pornostar. La separación de los padres de María fue complicada. Desde entonces, ella está muy unida a su progenitor y nada quiere saber de su madre.

Sin duda, Lapiedra ha sufrido mucho a consecuencia de la ausencia materna. Han sido varias las ocasiones en que ha creído en sus palabras y la ha defraudado. Promesas de que estaría a su lado y no volvería a fallarle que han sido papel mojado. Una historia de vida que ha marcado a fuego a la colaboradora de Cazamariposas. De hecho, llegó un momento en que dijo “Se acabó” porque ya no podía soportar tanto dolor. Fue entonces cuando cerró una puerta que no ha vuelto a abrir.