La exmujer de Gustavo tira del hilo y descubre horrorizada otras infidelidades
Está siendo testigo mudo del culebrón en el que participan el padre de sus cuatro hijos, María Lapiedra y el esposo de ésta. Ha averiguado que Lapiedra era sólo la punta del iceberg.
Se llama Toñi, es profesora de Educación Física y tan solo sus íntimos la conocen. Y eso que ha estado durante 30 años al lado de Gustavo González, con quien ha tenido cuatro hijos. A pesar de que el periodista se desgañita asegurando que lo está pasando mal, en realidad Toñi se siente liberada. Cierto es que el amor no se va de un día para otro pero también es verdad que hay amores que no valen la pena.
Desde que empezara el culebrón televisado de Gustavo y María Lapiedra, Toñi ha asistido como una espectadora más al mismo. Imposible abstraerse de algo que a diario engancha a la audiencia. Cuando esto empezó, hacía ya más de dos meses que el matrimonio estaba separado. Semanas difíciles para una mujer que había creído todo lo que su marido le explicaba y que, un día, de golpe, le dijo que quería separarse y le dio sus explicaciones. No tantas como el colaborador ha proclamado en los medios.
Tal como se está desarrollando todo, Toñi siente que se ha quitado un peso de encima. La verdad es que se ha dado cuenta de que la persona con la que ha compartido media vida no era tal como se manifestaba y producía. En este sentido, está muy agradecida a María Lapiedra porque gracias su show televisivo ha podido conocer la cara oculta de su ex marido. No es que Toñi sea tonta, sino que creía al padre de sus hijos cuando desmentía rumores que le ligaban a otras mujeres, siempre famosas, extramaritalmente.
A día de hoy, Toñi no quiere saber de Gustavo, tan solo en lo relativo a sus cuatro hijos. Según ha podido saber ESdiario, esta discreta mujer no da crédito ante la doble vida que ha llevado su ex. Además, ahora está enterada de todo y sabe que María no es la única, que hay otras famosas con las que el periodista ha compartido cama. Por cierto, que varias esperan su turno para ofrecer su testimonio.
Esto tampoco pilla de sorpresa a María Lapiedra, conocedora de la realidad. Su máxima preocupación es exprimir al máximo este melón económico que le viene muy bien para sanear su tocada economía, de ahí que haya hecho participar a su marido, Marc Amigó, para que la recolecta sea doble.
Gustará o no, pero María Lapiedra no engaña a nadie con su actitud. Como buena exhibicionista, le encanta que el foco le alumbre y ganar dinero a costa de sus aventuras y desventuras sentimentales. De hecho, todo lo relativo a este tema lo ha vendido. Lo que ya despista son las intenciones de Gustavo. La verdad es que nadie se cree que esté obligado a aguantar lo que no está escrito porque su subsistencia dependa de lo gana en Sálvame. Tiene su agencia de prensa y de ahí provienen el grueso de sus ingresos.
En cuanto a Gustavo González, conoce como pocos a María, sabe cómo se maneja y lo que tiene que hacer para pararla. Sin embargo, no lo hace y eso lo convierte en parte activa de lo que muchos llaman “montaje”. Además, si quisiera alejarse, podría hacerlo. Sus hijos están muy bien atendidos por su exmujer y tiene vía libre para emprender un viaje y aislarse mientras dure la tormenta.
Muchos compañeros y compañeras de profesión se hacen cruces al ver el proceder de Gustavo. Le tenían por un hombre ocupado y preocupado en su trabajo. De aquellos que jamás entraría en un espectáculo de este tipo. Hay quien ha intentado hablar con él para hacerle recapacitar pero, imposible. Se ha cerrado en banda.
Mientras tanto, su imagen está por los suelos al ser protagonista de uno de los shows rosas más friki de los últimos años. Lo que algunos han pregonado de que es víctima de María, nada de nada. Está ahí porque quiere. Y, mientras tanto, Toñi empieza una nueva vida y respira aliviada por el peso que se ha quitado de encima.