Andrea Janeiro da un golpe en la mesa y se desmarca de Belén Esteban y Jesulín
Andrea lo tiene claro. Está harta de tener que pagar por los errores de sus padres y no puede más. La joven ha hablado alto y claro para poner las cartas sobre la mesa. Belén, tocada.
Andrea Janeiro ya ha dejado de ser la niña más famosa de España por obra y gracia de su madre, que, desde que era un bebé hasta sobrepasada la adolescencia, la traía a colación en los medios cuando arremetía duramente contra Jesulín de Ubrique. Y es que el diestro, por motivos desconocidos, se ha mostrado remiso a ejercer de padre con su hija mayor. Aunque comentó entre sus íntimos que en cuanto Andrea cumpliera los dieciocho mantendría una conversación con ella para explicarle sus motivos, la misma no se ha producido.
Cuando Andrea alcanzó la mayoría de edad, apareció de la mano con su madre y se la pudo fotografiar a placer. Ya entonces comentó Belén que su niña nada quería saber de la fama. Lo ha vivido en carne propia y la experiencia no ha sido nada agradable. De hecho, llegó a decirle a su progenitora que estaba hasta las narices del interés que su mayoría de edad despertaba en los medios. Recordemos que, recientemente, ha dado mucho que hablar a consecuencia de un vídeo donde era la protagonista.
Andrea Janeiro se planta y también marca distancias con sus padres. Y lo hace vía comunicado firmado por el despacho de abogados que la representa. Así reza la misiva que ha hecho llegar a los medios: "Con motivo de la presión mediática a la que me estoy viendo sometida, muy especialmente desde que alcancé la mayoría de edad, quiero pedir públicamente a los medios que pongan fin a dicha situación y a la vulneración de mis derechos al honor, la intimidad y a la propia imagen que se viene produciendo a lo largo de los últimos meses.
Soy consciente de que tanto mi madre (Belén Esteban) como mi padre (Jesús Janeiro) son personajes públicos, pero, aun cuando lo respeto profundamente, por mi parte nunca he participado de ningún modo en esa exposición pública. He sido, y soy, coherente y consecuente con mi voluntad de permanecer ajena a los focos, y trato de preservar mi intimidad en la medida de lo posible pese a mis específicas circunstancias familiares.
Por todo lo anterior, ruego, y agradeceré, que se respete mi deseo, y mi pleno derecho, de vivir en el más estricto anonimato; reservándome, en caso de no ser así, las acciones legales que procedan para salvaguardarlos”.
Está claro que la protagonista de “Cómete el pollo, Andreíta” no se anda con tonterías y tiene un carácter fuerte. Amenaza con acudir a la Justicia en caso de que la “presión mediática” continúe. Cierto es que ha elegido vivir alejada de los focos, pero también es verdad que el hecho de que su madre la haya tenido durante años en la boca ha fomentado el interés sobre su persona. Sin duda, difícil lo va a tener. Y no ya por la prensa, sino por cualquiera que coincida con ella en un sitio público y la grabe. Ya se sabe que la gente, por fastidiar, a veces, lo que sea…