Monarquía: Los oscuros negocios de don Juan Carlos, Corinna e Iñaki Urdangarín
Aunque ahora no quiera tenerlo cerca en las celebraciones familiares, el Rey Emérito mantuvo una excelente relación con su yerno. Iñaki sirvió de puente entre el soberano y Corinna.
Que Iñaki Urdangarín fue el yerno favorito de los Reyes Eméritos no es ningún secreto. A don Juan Carlos y doña Sofía les gustó aquel joven deportista, lleno de empuje e ilusión que dejó a su novia de toda la vida por Cristina. La infanta sabía perfectamente de la existencia de Carmen Camí. Era una más en la familia Urdangarín y creían que ella e Iñaki se casarían. Sin embargo, todo se fue al traste el día en que la infanta se cruzó en su camino.
Según ha podido saber Esdiario de fuentes de toda solvencia, Carmen no era la única en la vida del entonces jugador de balonmano. Disfrutaba también de la compañía y atenciones de un grupo de amigas especiales. Con algunas se entendía muy bien, tanto que hasta se incluso se despidió explicando que estaba perdidamente enamorado de Cristina de Borbón. No ocurrió así con Camí, que se vio sola ante el peligro y sobrepasada por la situación. De la noche a la mañana, Iñaki desapareció sin darle razón alguna. La verdad es que no se portó nada bien.
Urdangarín creyó que formar parte de la primera familia del país le convertía en intocable. De ahí que se enfangara en negocios que dieron origen al caso NOOS. Pensó que nadie iba a meter las narices en sus cosas por ser vos quien sois. Sin embargo, su comportamiento de nuevo rico dio la voz de alarma. Su final empezó a escribirse el día que se supo que había adquirido el palacete de Pedralbes.
La infanta estaba muy feliz tras cambiar el piso de la avenida Diagonal por el magnífico casoplón por el que ella y su marido pagaron seis millones de euros, más otros tres que gastaron en reformas. Y fue ahí cuando saltaron las alarmas. ¿Cómo era posible que el sueldo del matrimonio diera para tanto? Empezaba a escribirse el principio del fin.
Si algo sorprendió durante la investigación del caso Noos fue el trío feliz que formaron don Juan Carlos, Corinna y Urdangarín. Según relata Pilar Urbano en La pieza 25 (La Esfera), “El 23 de junio, Iñaki remitía al Rey, a su correo privado, un email en el que la princesa Corinna zu- Sayn-Wittegenstein le informaba de unas gestiones que don Juan Carlos le había pedido en favor de su yerno”.
El relato sigue así: “Desde hacía algún tiempo se escribían correos o se encontraban en Londres con este motivo: Corinna quería que Iñaki fuese el hombre de la Laureaus Foundation en España… Al día siguiente, en otro correo, Iñaki adjuntaba a su suegro el currículum, en español y en inglés, para que lo supervisara. Curiosamente, al indicar su estado civil puso: ‘Casado con S.A.R. la infanta doña Cristina’. En un historial de estudios, trabajos y méritos profesionales no es uso común que un varón se enjoye con su pertenencia consorte a una familia real. Pero el Rey lo leyó y le dio el OK”.
Como muy bien se relata en La pieza 25, “Una de las cosas que salta a la vista en el abundante cibertrasiego de Urdangarín en su buena química con el Rey y, dentro del trato respetuoso, su confianza incluso para pedirle le echase una mano. Hay constancia escrita sobre muy diversos favores, intervenciones, ayudas del monarca a petición de su yerno en asuntos difíciles. Lícitos todos ellos, pero con un innegable despliegue de su influencia social”.