Alerta: El Rey Emérito, una bomba de relojería a punto de estallar en Zarzuela
Don Juan Carlos está echando un pulso a la Casa Real. Está enfadado por el trato que recibe y ha decidido desquitarse. En Zarzuela han saltado las alarmas. El Rey Emérito es capaz de todo.
El final del reinado de don Juan Carlos ha resultado muy convulso. Jamás imaginó el soberano que las cosas irían tan mal dadas que tendría que abdicar, pues siempre creyó que los Reyes mueren en su cama. Así las cosas, lo sucedido supuso todo un varapalo emocional. El protagonista estaba preparado para todo, menos para renunciar al cargo.
Y una vez relegado al eufemismo de Rey Emérito, don Juan Carlos se sumergió en la vida de lujo y placer que durante años se silenció. Lejos de observar discreción, sus andanzas de bon vivant, misteriosamente, acaban reflejadas en los medios. Quizás sea su venganza, de otro modo no se entiende que dé la razón a quienes pedían su cabeza a gritos.
Hay quien asegura que don Juan Carlos ha amasado una gran fortuna durante los años que fue Jefe de Estado. En este sentido, difícil saber a cuánto asciende el montante de la misma porque jamás se ha proporcionado dato alguno. Sea como fuere, se supone una cantidad importante. Tan solo hay que ver que es él quien corre con los gastos escolares de los cuatro hijos de la infanta Cristina, a la que, además, insufla dinero en sus cuentas para que pueda seguir disfrutando de una vida de princesa en su exilio dorado de Ginebra.
Los amigos del Rey Emérito siempre han sido un problema. Por supuesto, no todos, pero algunos están bajo sospecha. Fue el caso de Manuel Prado y Colón de Carvajal, el conseguidor real más efectivo de todos los tiempos. Acabó en la cárcel, donde escribió unas memorias que aseguran eran pura dinamita. Sin embargo, las mismas fueron reducidas a cenizas.
Don Juan Carlos se ha convertido en un personaje incómodo para la Casa Real. Tanto es así que prefieren que “esté por ahí con sus amigos millonetis, sin molestar y a ser posible sin salir en fotos o en redes sociales”, confiesan los allegados al soberano a Ana Romero, que transmite estas palabras en El Rey ante el espejo (La Esfera).
La desidia observada para con don Juan Carlos puede acabar haciendo saltar por los aires La Zarzuela: “Las cosas no han salido como estaban diseñadas. No le dan cariño. Él (Rey Emérito) es una bomba de relojería, y hay que cuidarlo, hay que ocuparse de él… Desde La Zarzuela lo protegen mínimamente, no se ocupan casi de él, a pesar de haber protagonizado una página brillante de la historia de España. Se debería de tener más deferencia con él”, señalan las fuentes citadas en el párrafo anterior y recogidas en el mencionado libro.