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Lo que Ágatha Ruiz de la Prada no cuenta de su relación con Pedro J. Ramírez

La diseñadora está de máxima actualidad debido a las muchas entrevistas que está concediendo. Su matrimonio con Pedro J. guarda secretos que Ágatha obvia. Nosotros te los contamos.

¿Por qué Ágatha no cuenta toda la verdad?

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La separación de Ágatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez se ventila en los medios estos días. Y es que la diseñadora se está desquitando a fuerza de titulares en los que deja fatal a su ex. Le tilda de “aburrido” y “feo”. También le reprocha que “no tenga amigos” y, para rematar, ha sentenciado: “Yo ahora estoy muy a favor de sus enemigos”, expresó en el Deluxe.

Ágatha ha revelado que tras llevarle el desayuno a la cama, el periodista le dijo que se iba. La diseñadora tildó la separación como “una gran putada”. Al parecer, no notó que Pedro J. bebiera los vientos por otra. Y sí, la historia se repite, porque así como Cruz Sánchez de Lara ha sido la otra durante un tiempo, Ruiz de la Prada también lo fue.

Ocurrió cuando Pedro J. Ramírez estaba casada con su primera esposa y madre de su hija María. La vida marital parecía tranquila y la mujer del periodista, Isabel, no advirtió nada extraño. Sin embargo, hubo un detalle que la puso en alerta: “Un día (Pedro J.) apareció por casa con un traje estrafalario y vestido con una gabardina arrugada… Otro día apareció por casa tocado con un sombrero de ala ancha, una camisa de corazones y una corbata que parecía sacada de El Padrino II”, explica José Díaz Herrera en Pedro J. al desnudo (FOCA).

En la vida de pareja de Ágatha y Pedro existió un antes y un después tras la aparición de una polémica grabación que dio mucho que hablar. Aunque la diseñadora aseguró entonces que, más que nunca, iba a estar al lado de su marido, la realidad es diferente. Según cuenta Díaz Herrera, pasada la tormenta inicial, Ruiz de la Prada se fue a vivir a París “y exige al periodista que le ponga tres pisos, uno en Mallorca, otro en Milán y un tercero en París por el dichoso vídeo, según una grabación del CESID de la época”.

Tras la estampida de Ágatha a París, Pedro J. volvió con su primera esposa: “Él trajo sus trajes y corbatas, se acurrucó en su regazo y, con la voz encanecida por el sufrimiento y el susurro encallecido por el llanto triste, le contó sus cuitas, lo difícil que había sido vivir sin ella, que desde que se fue él no tenía casa ni hogar y navegaba en un velero sin rumbo ni timonel en medio de la tempestad y de los huracanes”.

Se desconocen los motivos pero el caso es que Pedro regresó junto a Ágatha para compartir una relación a distancia. Ella estaba instalada en París, él en Madrid y sus dos hijos estudiaban en el extranjero. Cada uno hacía su vida, y tan felices.

Como pudo comprobarse durante la emisión de Mi casa es la tuya la relación entre el matrimonio era fría y distante. Se evitaban la mirada y Ágatha expresó que era bueno que en las casas hubiera invitados porque así podías charlar con otras personas en vez de tener que hacerlo con la pareja. Aquello sorprendió y fue ampliamente comentado. Poco tiempo después, se anunció el divorcio de la pareja. ¿Estaba escrito?

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