La ex de Gustavo González se harta de ser la cornuda de España y quiere hablar
Se llama Toñi y ha estado unida al fotógrafo durante treinta años. Fruto de su matrimonio, la pareja ha tenido cuatro hijos. Si hasta ahora callaba, la ex del fotógrafo quiere desquitarse.
La mujer de Gustavo González aguanta el tipo desde que el paparazzi diera su beneplácito a que saliera publicada su separación en una revista. Posteriormente, habló del tema en Sálvame y le dio el relevo a María Lapiedra que, ni corta ni perezosa, accedió gustosa a entrar en el show televisivo. Y tras ella, su marido, Marc Amigó.
Lo cierto es que Toñi, nombre de pila de la esposa del fotógrafo, ha aguantado lo indecible para no causar más dolor a sus hijos. Ciertamente, tanto ella como sus cuatro retoños están avergonzados por el comportamiento de Gustavo. No entienden a qué viene tanta exposición amatoria con la ex pornostar tanto en televisión como en redes sociales.
Cuando alguien decide divorciarse, no queda otra que envainársela. Sin embargo, el proceder de González ha llevado al límite a su esposa. La gota que colmó el vaso fue la confesión de Gus acerca de las infidelidades cometidas durante su matrimonio: “Han existido muchas mujeres de una noche”. También le hizo mucho daño que el padre de sus hijos expresara que cuando estaba con ella, sentía que le era infiel a la stripper ocasional.
Quienes bien quieren a Toñi le aconsejan que dé un paso adelante y cuenta la verdad de su matrimonio. Están convencidos de que si continúa en silencio, además de cornuda, queda como consentidora, y hasta ahí podíamos llegar. A esto no está dispuesta la esposa del fotógrafo, que jura y perjura era completamente ajena a la doble vida de Gustavo González.
Los compañeros de profesión del colaborador de Sálvame se hacen cruces ante su proceder. Ciertamente, no se explican cómo puede protagonizar semejante culebrón habiéndose manifestado siempre contrario a estos menesteres. De momento, ha incumplido todo lo que prometió no haría. Dijo que no iría al Deluxe, y ya ha estado allí en dos ocasiones a propósito de María Lapiedra.
Si hasta hace un tiempo Toñi ni tan siquiera pensaba en mostrar su rostro públicamente, ahora está valorando conceder una entrevista. Ciertamente, está muy enfadada con todo lo que está sucediendo. Difícil digerir que su matrimonio ha sido un engaño de principio a fin. Y si a lo de cornuda le añades lo de consentidora, ya tenemos el detonante que podría llevarla a saltar a los medios.
Por su parte, Gustavo asegura que es incierto que Toñi tenga intención de hablar. Sin embargo, no sabe de la misa, la mitad. Tal como están las cosas entre ambos, a él no le va a contar sus planes. Y, ojo, porque además de amigos y familiares, las personas que más importan a Toñi la animan a que hable alto y claro. En este sentido, sus hijos la apoyan completamente, pues consideran que es justo y necesario que se exprese para contar que ha sido víctima de un engaño durante treinta largos años. Demasiadas cuerdas para un violín.