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A puro dolor, Belén Rueda habla de la mayor pérdida de su vida

La actriz está muy de actualidad por su trabajo. Belén es de esas personas que siempre tiene la sonrisa pintada en el rostro. Sin embargo, en su interior hay un dolor punzante que no cesa.

Belén rueda, a corazón abierto

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Belén Rueda es una mujer de sonrisa fácil. Sin embargo, tras la misma se esconde un drama. La mayor desgracia que le puede suceder a un padre o una madre, la pérdida de un hijo. La actriz estaba casada con Dani Écija y tuvieron tres hijas: Belén, María y Lucía. Todo era de color rosa para la pareja hasta que tras el nacimiento de su segunda niña, los médicos confirmaron que la pequeña había nacido con un grave problema.

María Écija vino al mundo con una cardiopatía que hacía muy difícil que pudiera salir adelante. Sin embargo, sus padres no lo dudaron y apostaron todo a su curación. La pequeña solo vivió once meses. Aquello supuso un durísimo golpe para la actriz y su marido, que habían peregrinado hasta Suiza buscando el milagro.

Cuando ya han pasado los años, Belén ha recordado ese triste episodio en su visita a Mi casa es la tuya: “María nació con una cardiopatía. Dejé todo para dedicarme a ella y que saliera adelante. No fue posible. Falleció con once meses”. ¿Es posible vivir con un dolor así? La actriz responde: “Consigues superarlo pero nunca se olvida”.

Hace un mes, Belén Rueda volvió a abordar la cuestión del adiós de María en una emotiva entrevista para El Faro de Vigo: “María... hay mucha gente que me pregunta si he conseguido olvidarlo. No se olvida nunca, aprendes a vivir con ello, y cuando pasa el tiempo te acuerdas sólo de los buenos momentos. Pero la verdad es que María tuvo poquitos, porque desde que nació con una cardiopatía severa fue de hospital en hospital y tuvo tres operaciones a corazón abierto”.

Belén sonrié pero en su interior hay mucho dolor

Tras su nacimiento, María fue trasladada directamente a la incubadora. Su madre no pudo sostenerla en brazos y eso es algo que no se olvida: “Que no pudieran traérmela a la habitación fue para mí un disgusto tremendo. Cuando el pediatra nos dijo que tenía una cardiopatía muy grave empezó el infierno”, ha recordado una Belén Rueda que, aunque intenta evitarlo, no puede disimular la tristeza.

Tras el fallecimiento de su hija, Belén decidió volcarse en Menudos Corazones (es presidenta honorífica), una fundación que dedica sus esfuerzos a mejorar la calidad de vida de las personas con una cardiopatía congénita y de sus familias. Fundamentalmente, su trabajo está centrado en los niños.

En enero de este año, Belén Rueda perdió a su madre, tenía 78 años y hacía quince que sufría Alzheimer. La actriz recibió la noticia mientras se encontraba inmersa en el rodaje de El último día de mi vida. Su mensaje: “Hay que vivir la vida, no sabemos cuándo vamos a irnos”. Ella lo hace disfrutando al máximo de sus hijas, Belén y Lucía, y de su novio, Francis, un empresario argentino con el que empezó a salir el pasado verano.

A propósito del amor, Belén Rueda ha expresado: “Parece que hay un momento de tu vida, cuando cumples unos años, en el que hay determinadas cosas que ya no te pertenecen, no te tocan, y me he dado cuenta de que no es así. Por ejemplo, enamorarse. De repente cuando ocurre, dices 'Guau, todavía me queda guerra que dar', sí”. En el plano laboral, la actriz está inmersa en la promoción de El cuaderno de Sara, una película que está cosechando excelentes críticas.

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