El actor Miguel Ángel Muñoz se rompe al hablar del gran drama de su vida
A Miguel Ángel Muñoz le gusta mostrar su cara divertida para ocultar el dolor que lleva dentro. Se trata de una época que prefiere olvidar y que está relacionada con su entorno familiar.
Miguel Ángel Muñoz lleva clavada una espina en el corazón. No le gusta que se toque el tema porque es muy doloroso para él. Sin embargo, el actor ha mirado al pasado en Planeta Calleja para revelar: “Hice un proceso terapéutico en el que trabajas de una manera muy fuerte la infancia. Es un proceso para el que hay que estar preparado porque si no es muy bestia. Ha sido el momento más triste de mi vida, pero se convirtió en la experiencia más maravillosa de mi vida. Me permitió mirarme a mí con mucha más compasión, a mi familia y a la gente de mí alrededor. Significó un antes y un después con mis padres”.
El drama en la vida de Miguel Ángel Muñoz tiene relación con su madre. Hablamos de la vidente Cristina Blanco que, en la década de los noventa, era un rostro habitual en los medios de comunicación. Iba de la mano de rostros tan famosos como María Teresa Campos, su hija Terelu, Rocío Carrasco, Lara Dibildos, por citar solo algunos nombres. Se convirtió en la sombra de Belén Esteban pero algo sucedió que separaron sus caminos.
La vidente ganó muchísimo dinero en la Marbella más fastuosa y corrupta que se recuerda. Jeques árabes y millonarios de todo pelaje acudían a ella para que les leyera el futuro o les realizara algún trabajo. Entre los más solicitados, los amarres amorosos. Ya en aquellos días algunos sospechaban que Cristina no se encontraba bien. Hablaban de altibajos y auguraban lo peor.
Sobre sus dotes de videncia, hay mucho que hablar. Resultaba curioso que cada vez que ocurría algo en casa de alguno de sus amigos famosos, ella apareciera alertando sobre tales o cuales peligros. Posteriormente se supo que había tejido una red de contactos con el servicio doméstico que trabajaba en esas casas y de ahí que tuviera acceso a determinadas informaciones que asombraban al protagonista de turno haciéndole más devoto de sus predicciones.
Cristina Blanco en su época de esplendor mediático
El final de la que fuera denominada como la vidente de los famosos llegó en el 2000. Poco a poco, quienes la habían encumbrado, le dieron la espalda. De ser un personaje imprescindible, pasó a convertirse en incómodo. Las amigas famosas se apartaron de ella como de la peste, dejándola abandonada a su suerte. Cristina entró en una espiral de tristeza que la llevó cuesta abajo.
En el 2007 se hizo público que Cristina Blanco había sido detenida por robo en un hotel. Sustrajo tarjetas, dinero en metálico y móviles, se dijo entonces. Fue condenada a dieciséis meses de cárcel pero se libró de entrar en prisión por no tener antecedentes penales. Lo siguiente que se supo es que estuvo ingresada en la López Ibor por un supuesto trastorno bipolar.
Desde entonces, el rastro de Cristina se perdió. Pasó largas temporadas en Miami hasta que decidió regresar a Madrid. Nada tiene que ver con lo que fue. Atrás quedó el exceso de peso y hoy luce irreconocible. Lleva una vida anónima y ha dejado atrás un pasado que hizo sufrir a quienes la querían. Miguel Ángel Muñoz fue el artífice de este gran cambio. Se invirtieron los papeles y es el hijo quien tutela y protege a la madre.