Lo que le faltaba a Toño: así engordó hasta los 15.000 euros un regalo de 3.000
Se ha visto obligada a mantener silencio hasta que el juez no tomara una decisión para no perjudicar sus intereses judiciales, pero ahora que ya puede hablar parece que ya no va a callar.
Belén Esteban ha ganado la batalla judicial y su exrepresentante, Toño Sanchís, tendrá que pagarle 587.383 euros. Telecinco, que no se anda por las ramas en este asunto, dejó que la enorme cifra presidiera el plató del Deluxe mientras Belén Esteban descubría toda la verdad: cómo supo lo sucedido y cómo han sido estos casi tres años de lucha legal.
Pero ¿qué va a hacer ahora? Toño puede recurrir a la audiencia, pero parece poco probable: "Le ponen que no lo haga porque hay dos artículos que no cumple, puede recurrir pero es dinero para él". Si no recurre, tiene que pagarle y si no lo hace su casa saldría a subasta en cuestión de meses: "yo no quiero la casa, quiero mi dinero".
Además, la colaboradora de Sálvame explicó que el proceso no ha terminado ya que sus abogados están estudiando todas las posibilidades para ir por la vía penal.
Pero ¿con qué le hizo más daño? Belén lo tiene claro, lo que dijo de su familia fue lo peor: "Dijo que mi hermano me había denunciado siendo falso (…) Lo que sí ha pasado en su familia".
Además Esteban quiso dejar claro ante la audiencia que "si no lo descubro, estaría arruinada, no tendría ni mi casa". No solo eso, sino que además intentó apartarla de su entorno, en particular, de su pareja: "No has podido con Miguel y él te lo ha demostrado".
Y por si fuera poco, ahora que por fin puede hablar, parece que la princesa del pueblo ya no está dispuesta a callar. En uno de los últimos detalles que han trascendido, Belén explicó en Sálvame que fue ella quien pagó la luna de miel de Toño y su mujer Lorena: "No fueron 3.000 euros como yo pensaba, fueron 15.000. Cuando me enteré lo flipé".
Y es que para la boda de su por entonces grandísimo amigo, ella no quiso escatimar en gastos prometió a Lorena y a Toño un estupendo regalo que no olvidarían nunca y consistía en pagarles la luna de miel. El problema vino cuando los planes de los recién casados se alejaron un poquito del presupuesto original.