Doña Elena parte el corazón a su hermana Cristina con un gesto de dudoso gusto
Mientras Iñaki Urdangarin se preparaba para entrar en prisión mientras las fotos de su mujer, rota, trascendían a la luz pública la hermana mayor del Rey levantaba ampollas con su actitud.
Puede que lo hiciera para aparentar normalidad en un día de todo menos normal para la Corona española, pero lo cierto es que el hecho de que la Infanta Elena pasara el peor día de la vida de su hermana tomando bogavante y dándose homenajes estéticos no ha pasado desapercibido.
Y es que mientras la primeras fotos de una Infanta Cristina destrozada tras conocer que Iñaki Urdangarin ingresará en prisión salían a la luz, Doña Elena se fue con cuatro escoltas a la clínica de estética Clé Maison de Madrid y después a comer a uno de sus restaurantes favoritos, el Boga Bar, en el céntrico barrio de Chueca.
Según publica LOC, Doña Elena, que pasó desapercibida para el resto de comensales, suele tomar arroz con bogavante, especialidad de la casa, cada vez que va al local del que es asidua con sus compañeros de trabajo. Para beber, suelen decantarse por un vino tinto.
Tras la comida, la cuñada de Iñaki Urdangarin, dedicó una gran sonrisa a los fotógrafos que la perseguían en un día tan aciago para su familia y cogió su Volvo gris para poner rumbo al Club de Campo Villa de Madrid, donde suele poner en práctica una de sus grandes aficiones: la hípica.