Pilar Eyre desvela que Juan Carlos pidió a Felipe que se divorciara de Letizia
La periodista asegura que la Reina se la tiene jurada al Rey emérito desde que se enteró de esa conversación y que por eso se ha alegrado de la difusión de las grabaciones de Corinna.
¿Se ha alegrado Doña Letizia de que las conversaciones de Corinna hayan salido a la luz? Eso es lo que afirma Pilar Eyre en su último artículo en Lecturas.
La periodista, una de las que más y mejor conocen los entresijos de Zarzuela, sostiene que la mujer de Felipe VI se la tenía jurada a Don Juan Carlos desde que se enteró de cuál fue la reacción de éste tras el rifirrafe en la Catedral de Palma en la misa de Pascua entre ella y Doña Sofía.
Según Eyre, el monarca emérito le dijo a su hijo: "¡Felipe, coño, divórciate de una vez! ¿Adónde vamos a llegar?". Lo que enfureció a Doña Letizia.
Escribe la periodista: "Esta habría sido la primera reacción de don Juan Carlos (...). Pero, pasado ese impulso primitivo, el Rey escuchó a quienes le hicieron ver que ese no era el camino, al menos hasta que la heredera cumpla su mayoría de edad, y que más valía intentar un arreglo 'pour la galerie' con el posado a las puertas de la clínica donde lo operaron" en abril.
Ambas reinas en el posado que sirvió de reconciliación.
Y añade: "El Rey tenía tal interés en que los españoles creyeran que todo iba bien, que una persona de la Casa no dudó en llamarme –y supongo que a más periodistas– para explicar que don Juan Carlos quería que se supiera que Letizia entró con Leonor y Sofía en su habitación y "estuvieron departiendo cordialmente".
"Aquella frase de don Juan Carlos -'Felipe, divórciate'- hirió profundamente a Letizia hasta el punto de que se habría alegrado de que las conversaciones de Corinna hayan salido a la luz", sostiene Eyre.
A propósito de esas grabaciones comparece este miércoles en el Congreso el director del CNI, Félix Sanz Roldán. Y el jueves el juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea tomará declaración al excomisario José Villarejo, el presunto filtrador. Así que las cintas han acabado golpeando también a Felipe VI.