La gran pasión de Carmina Ordóñez hasta el minuto antes de morir hace 15 años ya
Hija de artistas y toreros, madre de una gran saga, se cumplen 15 años de la muerte de Carmina Ordóñez cuando estaba en un gran momento: ésta era la razón.
Se cumplen este martes 15 años de la desaparición de todo un icono del mundo del espectáculo, la televisión y el corazón: Carmina Ordóñez, estirpe también Dominguín, dos apellidos señeros en la España de hace décadas que aún hoy tienen destacados herederos que todo el mundo conoce.
Tres grandes amores
Carmina, divertida, iconoclasta y adelantada a su tiempo, murió cuando mejor se encontraba, con una vida feliz de soltera tras vivir dos grandes amores con el gran Paquirri, Julián Contreras y el más controvertido Ernesto Neyra, con el que vivió una monta rusa emocional que culminó en separación y acusaciones de malos tratos zanjadas en los juzgados.
Carmina es Ordóñez y Dominguín y fue una mujer distinta, iconoclasta y muy divertida
Ordóñez, taurina de tradición y descendencia con sus hijos Fran y Cayetano, fue una de las mujeres más guapas y distintas de España, sin la cual no se entiende el auge de formatos que, gustos aparte, han cosechado durante lustros el fervor de la audiencia: desde el mítico Salsa Rosa hasta el Sálvame, todos son deudores en parte de la diva que murió en una bañera y dejó conmocionada a España en ese momento.
El emotivo mensaje de Fran Rivera a su madre publicado hace dos años
¿Pero cómo Carmina, la niña que se crió entre Orson Welles y Ernest Hemingway, la que se casó con 17 años con Paquirri, justo antes de irse al cielo? Muchos rumores la presentaban como alguien con problemas en aquella época, y su legendario pasotismo ante los rumores agrandaban esa leyenda.
La diva de solo 49 años
Pero sus amigas despejan ese enigma en su aniversario, con elocuentes declaraciones a Vanitatis como las de Lydia Lozano: "En los últimos años, su mejor etapa la vivió estando en 'A tu lado'. Era muy divertida como compañera. Ganó un poco de peso y le daba igual lo que dijese la gente", explica la cronista acabando con un mito kamikaze sobre Carmina que ella desmiente.
Es el episodio final y más triste de Carmina, desaparecida con apenas 49 años y una saga familiar mítica que convierte en inmortal sus apellidos y algunas de sus frases, como ésta, convertida en lema vita: "A mí plín, yo soy Ordóñez Dominguín".