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Una dura frase de Blanca Fernández Ochoa toma ahora un significado especial

Ni el lugar ni la posición donde fue encontrada hacen pensar en que haya habido una caída desde lo alto. Además, no había piedras alrededor, lo que complica la idea del accidente.

Una dura frase de Blanca Fernández Ochoa toma ahora un significado especial

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Mientras la investigación empieza a descartar una caída o un accidente en la muerte de Blanca Fernandez Ochoa siguen trascendiendo testimonios que ahora empiezan a cobrar un significado especial.

Es el caso del amigo del que se hace eco este jueves ABC y que participaba como voluntario en las tareas de búsqueda de la medallista olímpica antes del terrible hallazgo de su cuerpo sin vida: "Me daba mucha pena. La verdad es que últimamente estaba fatal y no atravesaba un buen momento".

Según la versión de esta persona la propia Blanca le dijo con claridad que se sentía reconocida: "Ella era una deportista nata. Vivía por y para el deporte: entrenaba, estaba en forma, caminaba mucho... No sabía hacer otra cosa. Eso era su vida. Por eso no se había formado ni tenía estudios para realizar otra actividad, ni había emprendido negocio alguno... Su situación económica no era buena, al contrario, y, lo que es más importante, ella no se sentía ni valorada ni reconocida por sus méritos deportivos".

Muestra de que las cosas no le iban bien del todo es que vendió la casa de Las Rozas en la que había vivido y se trasladó a vivir con su hermana pequeña Lola y el marido de esta, Adrián Federighi.

De hecho, relata su amigo, "le ofrecieron ser guía de montaña en Las Rozas o puestos de este tipo; pienso que ella se merecía algo mejor: un cargo en un organismo deportivo como el Consejo Superior de Deportes o de asesora (lo fue en su día). Fue una pionera en todo y ninguna mujer, solo ella, ha logrado una medalla en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Hizo historia y ha hecho historia, como su hermano Paquito, pero qué final más triste".

El hombre la conoce desde hace 40 años cuando compartieron colegio y asegura que una de las últimas ocasiones en las que pudo hablar con ella para tomar algo le dijo algo que ahora adquiere un cariz relevante: "Cualquier día desaparezco". Él mismo señala que "es una forma de hablar, todos lo decimos alguna vez cuando no estamos bien. Yo el primero. Ahora lo pienso a toro pasado. A ver si se aclara pronto lo que le ha podido suceder".

El propio portavoz de la familia reconoció que Blanca fue diagnosticada de de trastorno bipolar desde que era niña y ha estado en tratamiento gran parte de su vida pero desmintió que estuviera pasando una mala racha. Sin embargo, la muerte de su hermano, el mayor de todos y su alma gemela, y su segundo y traumático divorcio del padre de sus dos hijos supusieron un punto de inflexión en su vida.