El drama de otra leyenda del deporte español: Arantxa Sánchez Vicario
La extenista preocupa a sus más allegados por los serios aprietos por los que puede pasar en Estados Unidos. Hasta el punto de que podría perder la custodia de sus hijos.
En medio de la conmoción por la trágica y misteriosa muerte de Blanca Fernández Ochoa, llama la atención la mala racha, que no cesa, que sufre desde hace años la mejor tenista de la historia de nuestro país. Arantxa Sánchez Vicario (47 años), que denunció hace años haber sido arruinada por sus propios padres, lleva meses inmersa en una gran batalla judicial con su ex marido, Josep Santacana. Y la que fuera reina en Roland Garros en dos ocasiones -1992 y 1995- no hace más que raquetazos de los jueces.
En este caso, de una corte de Estados Unidos, que es donde se está dirimiendo quién de los dos, Sánchez Vicario o Santacana, se queda con la custodia y quién se encarga de la manutención de sus dos hijos.
La actitud que ha enojado a una jueza
La extenista enojó mucho a la jueza que lleva el caso porque Arantxa presentó unos informes incompletos que le habían sido requeridos por la magistrada. Esta última ya le apercibió semanas antes por falta de documentación, considerando que Sánchez Vicario estaba mostrando una actitud olvidadiza o pasota.
Este nuevo encontronazo con la Justicia norteamericana podría poner en serios aprietos a la benjamina de los Sánchez Vicario. De hecho, tal y como recoge Lecturas, los más allegados a Arantxa están muy preocupados por lo que puede llegar: "No ha aprendido nada. Sigue despreocupándose de sus asuntos y lo acabará pagando caro".
Santacana la dejó en la ruina "más absoluta"
Este nuevo drama se suma a la tragedia económica que le supuso el divorcio de Josep Santanacana. Fuentes familiares confirmaron hace meses que Josep “se ha llevado absolutamente todos los bienes de su esposa, incluso los trofeos ganados por la mejor deportista española de la historia, y la ha dejado en la ruina más absoluta”. Se cumplen así los peores presagios de la familia de Arantxa que, en su día, quisieron que Santacana firmara unas capitulaciones matrimoniales donde la fortuna de la tenista quedaba a salvo. Sin embargo, él se negó y ella le apoyó.