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¿Es un monstruo Rocío Carrasco? Pilar Eyre se explaya sobre la "villana" de moda

Desde que Antonio David Flores entró en la casa de "GH VIP 7" y su hija, Rocío Flores, se convirtió en su defensora estelar por los platós de Mediaset no hay manera de cerrar la puerta.

Pilar Eyre no se cree todo lo que dicen sobre Rocío Carrasco.

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Dado que Rocío Carrasco siempre apostó por el silencio más absoluto y el de sus círculos cercanos (incluidos personajes tan televisivos como las Campos o Belén Rodríguez) la versión que siempre se ha escuchado más en los medios de comunicación ha sido la de Antonio David Flores y la de sus hijos.

Mucho más ahora que Antonio David está en la picota por su participación en GH VIP 7 y tuvo a su hija Rocío Flores como defensora en los platós de Telecinco y Cuatro.

De esta manera, si Rociíto siempre fue un poco la "mala de la película" no digamos en los últimos tiempos, en los que se ha convertido en la "villana de moda" en el universo Mediaset donde solo la defienden otros "villanos" declarados como Kiko Jiménez, enemigo público número uno de los Flores (Antonio David, su hija Rocío y Gloria Camila).

Sin embargo, tan evidente parece todo a simple vista que ha levantado escamas entre algunos periodistas especializados en el cuore.

Es el caso de Pilar Eyre, que aprovecha su blog en Lecturas para reflexionar sobre el asunto: "Sus hijos se fueron de casa porque bla bla bla. En el hospital, no sé qué ocurrió. En el colegio, tampoco. No estaban en tu boda. Pasaron cosas… Ay, si los niños hablaran, ay, pero no se puede… Comentan, secretean, llaman. Para hacer el cuento corto, no te dejan en buen lugar".

Y sin embargo, a Eyre le surge "peros" y muchas preguntas: "¿Es creíble tanta maldad? ¿Es factible que exista en la tierra un ser tan monstruoso? ¿Cómo es posible que siendo una especie de Cruella de Vil y Maléfica, a pesar de eso, tengas amigas que se parten la cara por ti?", pregunta en voz alta.

Más aún, plantea, "si fueras tan mala malísima, ¿no exhibirías una expresión triunfante y altiva, en lugar de esos rasgos tristes y esa mirada desdichada?".

Por eso concluye, que "se cargan tanto las tintas sobre tu perversidad que una empieza a sospechar si no será todo una campaña orquestada para hundirte por no sé qué oscuros motivos. No me fío, no me fío".