El bocazas oficial de Sálvame vuelve a cagarla con un colega de cadena y la lía
Lleva una "hoja de servicios" a sus espaldas que desde luego y como mínimo hacen dudar de su torpeza y de su indiscreción a la hora de soltar cosas que perjudican a sus ¿amigos?
Desde luego que no es la primera vez que deja a algún compañero de Sálvame vendido o que le traiciona, pero Gustavo González ha vuelto a hacerlo, y ya van...
Normal que él mismo se reconociera este lunes como un "bocazas" por contar en privado la enfermedad de Antonio Montero y dar pistas en público sobre lo que podía estar sucediendo.
Pero para alguno de sus colegas lo de que pedir perdón después de meter la pata empieza a ser insuficiente. Es el caso de Kiko Matamoros para quien esto se sumaa una larga lista de traiciones del colaborador, como ya le pasó con Gema López, entre otros.
Cabe recordar que los antes amigos (de los tiempos en los que trabajaban ambos en Antena 3) ahora no se dirigen la palabra para decirse más que "hola" y "adiós" y Gema se siente traicionada. Cree que hubo mucho tiempo para hablar, pero su amigo no lo hizo y cuando le preguntan si ahora es irreversible, ella prefiere callar.
"Gema se siente traicionada y yo no puedo hacer otra cosa porque no ha habido posibilidad de hablar", explicó Gustavo que, sin embargo, considera que simplemente fue “indiscreto” y que en ese sentido tiene la conciencia “muy tranquila”.
La cara de López justo en ese instante lo decía todo. Miraba hacia arriba y estallaba: “Yo no tendría la conciencia tan tranquila, fuiste indiscreto con una mentira, no es cuestión de indiscreción, indiscreto has sido con Antonio Montero”.
Y Gustavo se defendía con un comentario que empeoraba las cosas aún más: “Si hubiese habido acciones legales, tú me tendrías que agradecer cosas”; “¿qué?”, preguntaba Gema atónita; “cuando dijiste que ibas a emprender acciones legales dije que en todo caso mi testimonio te beneficiaba”, aclaraba él pero el matiz no bastaba para ella: “Es mejor que te expliques bien porque manda narices que tengas la cara de decirme a mí que te debo cosas, sigues siendo el mismo”.