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Los audios con los que la única mujer que ha denunciado a Avilés puede negociar

Sólo una de las afectadas ya ha interpuesto querella. En ella relata el modus operandi con el que actuaba: mensajes en los que sí se puede leer como creía estar por encima del bien y el mal.

¿José Antonio Avilés estrella o estrellado?

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El miércoles fue la noche más esperada por una audiencia que una vez más se pegó al televisor y pulverizó los audímetros de Telecinco. Era la noche de José Antonio Avilés, ese joven de 24 años que ha irrumpido como un tsunami en el panorama televisivo de Mediaset. Desde Honduras, a pesar de haber sido expulsado hace 12 días, Avilés consiguió lo que siempre ha buscado, ser el protagonista absoluto del reality estrella de la cadena privada. Siempre ha querido sentir qué era eso de “los focos a mi persona” y el miércoles lo vivió y en algunos momentos, hasta lo disfrutó.

El paso de Avilés por Supervivientes siempre estará ligado a una participación impecable que se ha visto embarrada por la cantidad de testimonios que han surgido, acusándole de tener deudas, de presuntas estafas, de falsificación de documentos públicos y un largo etcétera que cuesta hasta digerir.

Pero Avilés se sentó en un programa especial, sólo para él, y afrontó las consecuencias de esa “realidad paralela” que él dijo haber tenido que construir “para sobrevivir”. Perfectamente asesorado asumió las deudas que en un “pasado pudo haber adquirido”, pero negó el conocimiento y la voluntad y por lo tanto el dolo, de haber cometido delitos contemplados en el Código Penal.

A pesar de tener pesos pesados de la cadena claramente posicionados en su contra, el joven que dijo ser “periodismo y periodista”, no eludió ninguna pregunta, asumió sus errores y reconoció sólo algunas de las graves acusaciones que durante estos últimos días se le han adjudicado.

La noche empezó bien, pero a Avilés el foco le puede y cometió algunos errores de bulto en su relato, en una noche en la que atónitos asistíamos a momentos delirantes en los que en una misma frase primero negaba, para luego afirmar lo contrario. Pero estos errores de relato propios de una persona acostumbrada a fabular, de momento no están contemplados en ningún artículo de Código Penal.

José Antonio no estaba en igualdad de condiciones, sabe “cosas de lo que se está diciendo” pero lo cierto es que las comunicaciones con España son cortas y no disponía de toda la información e indicios documentales que han llegado a varios programas de televisión. De hecho, desconocía que de momento sólo una de las afectadas ya ha interpuesto querella la semana pasada tras haber hecho público su testimonio en Sálvame.

La querella ha sido ya presentada con la prueba documental correspondiente. Se tratan de pequeñas cantidades de dinero que sumadas ascienden a algo más de 1.100 euros. Una querella en la que se relata el “modus operandi” con el que Avilés al parecer actuaba: la utilización de nombres de personajes públicos conocidos, promesas incumplidas, transferencias irregulares o intercambio de burofaxes de ida y de vuelta. Y audios, muchos audios y muchos mensajes escritos en los que sí se puede leer y escuchar como Avilés creía estar siempre por encima del bien y del mal.

La última hora es que, tras la intervención estelar televisiva, familiares de Avilés ya se habrían puesto en contacto que el despacho de abogados de esta empresaria y habrían ofrecido pagar lo adeudado. El abogado de la empresaria ha confirmado a este diario que, de saldar y recibir correctamente las cantidades adeudadas, la querella se retiraría porque la intención siempre ha sido la de recuperar el dinero y resolver extrajudicialmente este asunto.

Algo muy similar estaría pasando con la Universidad de Gales, centro donde Avilés aseguró haber estudiado. Los responsables estaban expectantes y estuvieron pendientes de las declaraciones del colaborador. De haber insistido en que él sí había estudiado en dicha Universidad, al día siguiente hubieran presentado una demanda que ya tenían preparada. Pero Avilés reconoció lo que todos ya sabíamos que jamás ha pisado una Universidad y que jamás se ha licenciado en Periodismo. Lo que no supo explicar es por qué tuvo la necesidad de enseñar un título que es una burda falsificación que no se sostiene por ningún lado.

Otro asunto que sí se le puede complicar es el caso de varios empresarios de Córdoba que se han sentido estafados por el colaborador y que están estudiando la posibilidad de unirse y plantear una acusación jurídica única. Pero habrá que esperar a los movimientos que ya están haciendo los familiares de José Antonio.

Las acusaciones a las que se tiene que enfrentar Avilés a su regreso, son duras, pero a veces se nos olvida que lo reprobable ética o moralmente no siempre tiene consecuencias penales. Lo que tampoco puede Avilés es refugiarse en sus 24 años porque eso tampoco le exime de la culpa de sus actos. La duda que hay ahora es si el personaje de Avilés tras este escándalo mediático está amortizado televisivamente o ha nacido una nueva estrella televisiva. El tiempo lo dirá.