Mónica Pont apuesta por el "misterio" en su relación con un empresario mexicano

Ya contamos en La Espuma de los días el giro radical que Mónica Pont dio a su vida, cuando hace un año se trasladaba a vivir a México para abrirse camino como actriz y conseguir su sueño americano. De momento y en muy pocos meses ha conseguido hacerse un hueco en la telenovela La Mexicana y el Güero, una serie de comedia en la que Mónica cuenta haber encajado divinamente. Incluso ha volado a Los Angeles para protagonizar una short movie en la que ella da vida a Elisabeth, la protagonista.

El trago más duro fue alejarse de su hijo Javier de 17 años que vive con su padre en Cataluña; “Sigo sufriendo la distancia muy a mi pesar por no poder estar cerca de mi hijo. Es dura la decisión

que tomé, pero con tanta distancia hace que el dolor llegue más diluido. Cuando él se despierta yo me voy a dormir y cuando él duerme yo le velo en sus sueños y empieza mi día. Así es mi vida, una vida lejos de quien más quiero pero con la ilusión de todo lo que está por venir en mi vida personal y

profesional”, me confiesa Mónica añorando a su hijo y esperanzada en su nueva etapa.

En México no solo ha encontrado nuevas oportunidades profesionales que en España escaseaban, la actriz se ha reconciliado con Cupido y a juzgar por las fotografías que esta semana publica Diez Minutos vuelve a estar enamorada. Según la publicación, se trata de un empresario mexicano que tiene la misma edad que Mónica, que en enero cumplirá 50 años.

Unas instantáneas en las que podemos ver a la pareja dándose un baño en las paradisíacas playas de Tulum en la Riviera Maya. Intensas jornadas playeras en las que no faltaron los besos en el mar.

Ambos, ajenos a que estaban siendo el objetivo de los paparazzi se dejaron querer y no escatimaron abrazos apasionados y miradas cómplices que delatan que se gustan y mucho. Contactamos con la actriz para conocer de primera mano más datos sobre su nueva relación y saber como está viviendo esta nueva etapa, sin embargo Mónica prefiere no manifestarse sobre este asunto; “Tomé la decisión de venirme a México y cruzar el charco para retomar mi vida profesional y no hablar más de mi vida personal”.

Una decisión radical que impresiona especialmente a quienes la conocemos desde hace años, sobre todo si recordamos que Mónica siempre ha hablado de una forma muy natural y espontánea de su vida personal. Y no por sorprendente es menos respetable, las personas tomamos decisiones, una veces acertadas, otras no, lo importante es actuar con coherencia, porque todos y todas tenemos derecho a cambiar el rumbo cuando deseemos tomar otro camino. Y mientras tanto ¡que viva el amor!