Irene Rosales revela qué le confesó su suegra sobre la herencia para Kiko Rivera
La colaboradora de ' Viva la vida' ha estallado por la presión en torno al escándalo familiar en el clan de Isabel Pantoja y ha obligado a su marido a intervenir en directo.
En Telecinco continúa la máquina de picar carne en torno al legado que dejó a su muerte Franscisco Rivera Paquirri y el destino de la fortuna que, al final, parece diferir bastante de lo que dejó escrito en su testamento.
Este fin de semana, en Viva la vida han analizado un documento inédito. Unos papeles de vital importancia para entender un poco mejor por qué los hermanos Rivera están en plena guerra con la tonadillera. Especialmente Kiko, pues los documentos desvelan grandes secretos. Entre ellos el destino de aquel dinero caribeño de Paquirri y por qué su hijo en común con Isabel Pantoja fue el más castigado en la distribución de la herencia.
En el plató ha causado un gran asombro no tuviera conocimiento de la partición original de la herencia y también que ignorará que en Cantora había una habitación secreta.
De todos los colaboradores de Viva la vida el testimonio más esperado era el de Irene Rosales: "Cuando Kiko vio aquella habitación se quedó blanco, como si hubiera visto a su padre (…) Yo le vi tan mal que no le pregunté ni qué había visto exactamente, ni cuántos trajes había ni nada".
La confesión de Isabel a Irene
Irene también ha asegurado que la propia Isabel Pantoja le confesó un día que Kiko Rivera no podía esperar nada de la herencia de su hijo: "Yo le pregunté a mi suegra si tenía algo de Paco para darle a Kiko y ella me dijo que no había nada de nada".
Esta frase ha provocado un alboroto en el plató, pues otros colaboradores no han acabado de creerse el testimonio de Irene. Total, que al final esta última ha explotado y ha abandonado el plató en un mar de lágrimas.
Kiko Rivera interviene en directo para calmar a Irene Rosales
Kiko Rivera, que estaba viendo Telecinco desde su casa no ha tardado en reaccionar y ha entrado por teléfono: "Entro por amor, porque no puedo ver a mi mujer llorando (...) No llores cariño mío, no lo pases mal, ya lo paso mal yo por los dos, no merece la pena que estés así, no quiero que tú estés así (...) Yo, evidentemente, quiero a mi madre porque me ha dado la vida, pero Irene me la ha salvado, no voy a permitir que nadie toque a mi mujer, ni siquiera mi madre".