La dolorosa e irreparable pérdida por la que aún siguen llorando Los Morancos
Jorge y César Cadaval acudieron al programa de Carlos Sobera y no pudieron evitar emocionarse al encontrarse con una amiga muy querida y, sobre todo, al recordar algunas ausencias.
No es nada habitual ver a Los Morancos emocionados en televisión. Su arrollador sentido del humor se impone en cada una de las entrevistas y la risa es la expresión reinante, pero en 'Volverte a ver' lograron que el dúo de hermanos se viniera abajo al recordar a sus padres y a uno de sus hermanos, Diego, que falleció hace unos años.
Todo comenzaba con la tradicional cita a ciegas que suele proponer Carlos Sobera para arrancar. "Alguien os ha traído un objeto y quiere contactar con vosotros", animaba el presentador. Jorge y César Cadaval no tenían ni idea de que tras la misteriosa convocatoria se hallaba Pepa Muñoz, una conocida chef que con nueve años ya limpiaba calamares y boquerones en el negocio familiar y con once cocinaba al lado de su padre, Pepe. Precisamente fue él quien le presentó a Los Morancos hace treinta y cinco años y desde entonces conservan una bella amistad.
"Quiero hacer un homenaje a Jorge y César y agradecerles su lealtad y cariño en los buenos y en los malos momentos", apreciaba la cocinera antes de salir a escena. Cuando los cómicos sevillanos vieron a su amiga se quedaron sin palabras. "No se qué decir", balbuceaba César muy emocionado.
"Adoramos a esta señora, es una luchadora incansable", agregaba Jorge. Los protagonistas de la velada rememoraron las más de tres décadas que les unen, deteniéndose en los momentos más duros. La pérdida de su hermano Diego Cadaval, gran amigo de Pepa, supuso el momento más emotivo del programa. Pepa confesó que tenía una espinita clavada porque no se había podido despedir de él. Y fue entonces cuando Jorge se rompió.
Primero trató de mantener el tipo. "Qué gran labor la de mi psicólogo para poder soportar este momento sin llorar", avanzó. Pero la emoción superó al humorista al rememorar el último cumpleaños que celebró estando su hermano aún con vida.
"Me costaba la misma vida"
"Yo no quería celebrarlo, pero él me dijo que tenía que hacerlo con mis amigos. Y como sabía que me gustan mucho los felinos, le pidió a un colega que me llevase a casa un cachorro de león. Fue la media hora más larga de mi vida", contó. Y evocar la historia hizo que Jorge rompiera a llorar conmovido.
"A mí me costaba la propia vida subirme a un escenario después de la muerte de mi hermano, pero la gente no tiene la culpa", confesó el artista. Y es que los hermanos, haciendo gala de una gran profesionalidad, regresaron al trabajo pocos días después del fallecimiento.
Tras la emotividad volvió la comedia. Ambos se secaron las lágrimas y regresaron a su tipo habitual. Y con respecto a la pandemia que sufre el mundo apostaron: "¡Vamos a salir pronto de esta!". Los Morancos desvelaron que durante el confinamiento permanecieron casi cuatro meses sin verse. "Es la primera vez en la vida que nos pasa", aseguraron.