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Dos años después de sufrir un derrame Carlos Sobera cuenta como está su mujer

Está un poco "acojonado" pero garantiza las risas con su último proyecto alejado de la televisión, en la que sigue triunfando y estrenando. Además en su faceta familiar no puede estar mejor.

Carlos Sobera y Patricia Santamarina.

Publicado por
Redacción

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Triunfa como presentador en en la pequeña pantalla, pero Carlos Sobera no quiere descuidar otras de sus facetas profesionales y estrena este fin de semana en el Teatro Reina Victoria, su última obra, Asesinos todos, una divertida comedia al lado de Neus Asensi, Elisa Matilla y Ángel Pardo.

Sobera interpreta a Pepe, "un funcionario de Hacienda, gris, tremendamente legalista y respetuoso con la ley y en el fondo, emocionalmente hablando, muy egoísta y miserable. Soy un poco la china en el zapato de mis compañeros porque equivocadamente o no, ellos deciden cometer un asesinato y yo me opongo. A partir de ahí, en ese juego de miserias de cada uno por sacar su vida adelante pues me voy retratando como ese funcionario legalista y miserable que soy".

En su vida diaria, aunque a más de uno "le hubiese dado un pescozón" reconoce que tiene "mucha paciencia, tengo una paciencia que lo digo de verdad, ¿eh? A todos nos pasan cosas y veo como reacciono... Yo solamente me pongo tenso o me enfado cuando veo que se comete algo injusto. Si se enerva mi sentido de la justicia, ponte a salvo, si no, ya me pueden tocar las narices que tengo una paciencia infinita".

En cuanto a la pandemia por Covid, cree que tuvo suerte: "El confinamiento me asustó al principio y me asusta, pero yo tengo la fortuna de ir a trabajar porque estaba haciendo Supervivientes y me impactaban bastante las imágenes de la calle porque no había nadie. Estaba mi coche, algún coche más por allí y la policía haciendo controles, y nada más, era apocalíptico todo. Entonces decías esto no sabes lo que es, pero luego el hecho de poder trabajar, salir un día a la semana, estar con los compis, hablar con el público en casa y tal, me metía oxígeno en vena, me daba aire fresco. No tenía la sensación de confinamiento y eso me ayudó bastante".

Además, siendo diabético, cogió el virus en la primera ola y lo pasó asintomáticamente: "Mi mujer lo tuvo al mismo tiempo que yo porque nos hicimos el análisis el mismo día y los dos dimos anticuerpos, luego lo habíamos pasado juntos asintomáticamente. Nuestras hijas, que tienen un contacto muy directo con nosotros, la madre de Patricia, mi suegra, también... Nadie".

En cuanto a la salud de su esposa, Patricia Santamarina, tras el derrame cerebral que sufrió hace dos años confirma contento que es "historia pasada. Además, curiosamente, el 4 de febrero se cumplen dos años y desapareció por completo la lesión, no tuvo ningún tipo de secuela y la verdad es que está muy bien y con más ganas de pasarlo bien y de vivir que nunca".

Sobera no oculta que está "un poco acojonado" con la vuelta al teatro porque "pensaba que cuando decíamos que íbamos a estrenar en febrero del 2021 esto ya habría pasado y parece ser que estamos peor que nunca".

Eso sí, los que vayan a verle se van a reír porque es una "comedia total" hecha para "reírse con lo cual te digo ya que si la gente no se ríe es que lo estamos haciendo mal. Si no se ríe la gente, yo les doy derecho al que acabar la función nos sacudan".