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El estado de Kiko Rivera lejos de los focos enciende todas las alarmas

Aumenta la inquietud en el entorno de Dj por su estabilidad emocional: el mediático pulso con su madre, que no hace más que ignorarle, puede pasarle severa factura.

Kiko Rivera no lo está pasando nada bien fuera de los platós

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Preocupación máxima en el entorno de Kiko Rivera. Y no es para menos. Desde que reconoció públicamente su adicción a las drogas y comunicó su “´rápida” recuperación, lo cierto es que la inestabilidad emocional y personal que está atravesando, le puede jugar una mala pasada.

Una situación de la que somos testigos directos en cada una de sus intervenciones bien sea, en los platós de televisión o a través de sus redes sociales. Y es precisamente esa sobreexposición mediática y social lo que no le favorece en su lucha diaria para no recaer en las adicciones de las que ha dependido durante demasiados años. Él mismo es consciente y así lo ha verbalizado en alguna de sus entrevistas: “la recaída es normal dentro de este proceso”. Algo que conocen a la perfección aquellas personas que están o han pasado por una recuperación similar.

Es más, los expertos en estos métodos de desintoxicación hacen hincapié en la necesidad de una rutina, de un orden y resaltan el imperativo de tener un entorno familiar estable. Algo precisamente de lo que carece en la actualidad el hijo de Paquirri. Si además unimos el hecho de conceder entrevistas exclusivas o acudir a los platós de televisión, previo pago de una cantidad ingente de dinero, el cóctel está servido. Y son todos estos ingredientes los que han propiciado que las alarmas salten entre aquellas personas que realmente quieren y protegen al hijo de la tonadillera.

“Kiko no está bien, se envalentona en los platós de televisión en los que todo el mundo le aplaude, pero sus bajones cuando se apaga el foco son brutales”. Así se manifiesta una de estas personas cercanas, que prefiere quedarse en el anonimato. Y es que el papel del hijo de la Pantoja no es fácil. Se vuelca en todas y cada una de sus entrevistas y no mide las consecuencias de los ataques personales hacia su madre. Es comprensible que quiera manifestar su decepción con la mujer que le ha negado el legado de su padre, pero sigue sin aceptar que estos ataques públicos tengan como consecuencia el silencio sepulcral y la indiferencia de Isabel Pantoja.

Y es que la cantante no quiere saber nada de su hijo. Ni tan siquiera le nombra. Cuando se quiere referir al que fuera su pequeño del alma dice: “ese”. Así lo relataba su hija Isa Pantoja con la que sí tiene comunicación casi a diario. Y es precisamente esa frialdad e indiferencia el principal escollo que debe superar Kiko Rivera.

Su entorno reconoce que si la Pantoja levantara el teléfono, Kiko acudiría a ver a su madre, se sentaría con ella, mantendrían esa conversación que jamás han tenido y las cosas se calmarían

A propios y a extraños siempre nos ha dado la sensación de que detrás de esa denuncia pública del hecho concreto de la herencia de su padre, Kiko lo que realmente reclamaba era la reacción, la respuesta y el abrazo de una madre. Es más, su entorno reconoce, casi a escondidas que, si la Pantoja levantara el teléfono, Kiko acudiría a ver a su madre, se sentaría con ella, mantendrían esa conversación que jamás han tenido y las cosas se calmarían. Y esa calma es la que reclama un entorno que ven que el más perjudicado en este tsunami mediático es Kiko. Temen que toda esta exposición se traduzca en una recaída y que la salud de Rivera Pantoja se resienta.

Mientras tanto él, sigue luchando para recuperar su vida, se refugia en su mujer y en sus hijas, también en sus amigos, ha comenzado a hacer ejercicio para perder esos kilos de más que ha cogido por culpa de “la ansiedad”, pero le falta lo esencial para tener la felicidad completa. Le falta Isabel Pantoja. Le falta su madre. Una madre que esta misma semana le ha dado lo que se llama una “guantá sin manos” mediática.

Sus abogados enviaron un comunicado para anunciar medidas legales contra todo el que ose relacionarla con “paraísos fiscales o empresas fantasmas”. Un comunicado en el que no hubo ni una sola referencia, ni una sola línea dedicada a su hijo Kiko Rivera. Y eso al “pequeño del alma” le ha dolido y mucho. Seguiremos informando.