Las sorprendentes confesiones de Javier Santos "a mi padre" Julio Iglesias

no es muy dado a conceder entrevistas, reconoce que es tímido y que no le gusta prodigarse mucho en los medios, pero eso no le frena para seguir en la lucha por ser reconocido como hijo biológico de Julio Iglesias. ESdiario ha hablado con él sobre el inminente cambio que puede dar su vida. Su futuro está ahora en manos del Tribunal Supremo donde ha llegado el recurso que interpuso cuando la Audiencia Provincial de Valencia revocó la sentencia que le reconocía como hijo de Julio Iglesias.

Santos tiene 44 años pero lleva más de 30 en busca del reconocimiento de paternidad por parte del cantante. Su madre, María Edite fue la primera en reclamarla en los años 90, cuando él era un adolescente, lo consiguió pero la alegría le duró poco, porque la Audiencia Provincial de Valencia tumbó esa sentencia.

En 2017 Javier interpuso una nueva demanda, pero esta vez con una prueba de ADN, por la que se demostraba que es hijo biológico de Julio Iglesias. La ganó, pero a veces la historia se repite y de nuevo la Audiencia Provincial de Valencia revocó esa sentencia.

“He aprendido a perdonar a mi padre, no le guardo rencor, es mi padre y albergo la esperanza de que conozca a su nieta”

Más de una hora dura esta entrevista en la que en todo momento Javier Santos alude a Julio Iglesias como “mi padre”: “Antes, me refería a él como “este señor”, pero desde que las prueba de ADN demostraron que soy su hijo hablo de él como “mi padre”. He aprendido a perdonar, no le guardo rencor y albergo la esperanza de poder conocerle y que conozca a su nieta, mi hija que ya tiene trece meses”.

Así siente Javier a un Julio Iglesias con el que nunca ha intercambiado una palabra. Tan solo en una ocasión sus miradas se cruzaron, fue en una sonada rueda de prensa, allá en los años 90, cuando a Julio le preguntaron por la aparición de un “hijo secreto” y el cantante respondió entre risas: “Si tuviera que hacerme todas las pruebas de paternidad que me reclaman no tendría tiempo para cantar”.

Santos recuerda con mucha tristeza aquél episodio: “Yo era un adolescente, estaba muy nervioso, acudí porque unos periodistas me dijeron que me lo iban a presentar, pero eso no sucedió. Nuestras miradas se cruzaron y nunca más he vuelto a tenerle tan cerca. Regresé a casa solo, andando y con lágrimas en los ojos”. Fue esta una traumática experiencia que marcó al joven durante mucho tiempo.

“Sigo a mi padre en las redes sociales y le escribo cartas y mensajes y lo cierto es que no me ha bloqueado y sé que me lee”

Han pasado décadas, pero Javier no se rinde; “Sigo a mi padre en las redes sociales y le escribo cartas y mensajes y lo cierto es que no me ha bloqueado y sé que me lee” .

En los últimos meses se ha hablado también de la “Yo espero que viva muchos años, porque eso me ayuda a mantener viva mi esperanza de conocerle y tener con él mi propia experiencia y también de que conozca a mi hija, ese sería mi mayor deseo”.

Las posibilidades de ganar ya las detectan algunos visionarios inversores que han contactado con su abogado Fernando Osuna para interesarse en comprar los derechos de la herencia de Javier Santos. Una cantidad que podría ascender a los cuarenta millones de euros, según los números del letrado sevillano.

Cantidades que a Santos no le hacen perder el norte: “Siempre he vivido humildemente, creo que seguiré así, pero no dejaré de luchar por mis derechos, sobre todo ahora que tengo una hija”.

Mientras espera a que el Tribunal Supremo le de la razón, Javier Santos ultima un libro autobiográfico que comenzó a escribir el pasado mes de octubre. Más de doscientas páginas en las que narra en primera persona como ha vivido desde la infancia hasta ahora, y sobre todo como le ha marcado el “rechazo” del afamado cantante: “Todo el mundo sabe que Julio Iglesias es mi padre. En estos treinta años han cambiado muchas cosas, mi madre vivió la humillación y las injurias de muchas personas que no la creían porque estaban cerca de Julio, fueron esos años 90 en los que primaba el machismo y el espíritu misógino. Todos se posicionaban de parte del artista. Creo que eso ha cambiado, ahora recibo muchos mensajes de personas que están de mi lado y que me apoyan”.

Lo que más le costó escribir en su libro fue sobre el intento de suicidio de su madre, fue una época muy dura, acabó destrozada emocionalmente

Le pregunto cuál es el episodio de su vida que más le ha costado escribir, no lo duda ni un instante: “He sufrido al remover mis sentimientos, lo más duro fue escribir sobre el intento de suicidio de mi madre, fue una época muy dura, acabó destrozada emocionalmente”.

Javier Santos se desnuda en las páginas de su autobiografía y sabe que su publicación marcará un antes y un después en la historia de su vida: “Este libro me ayudará a vencer a un gigante que desde hace treinta años niega lo evidente.” Insiste en lo orgulloso que se siente porque lo ha escrito sólo: “No me ha resultado fácil porque yo no soy novelista, mi mujer me ha animado incondicionalmente, la quiero con locura”.