Jesús Mariñas termina lo que Rocío Carrasco dejó a medias sobre Ortega Cano
El testimonio exclusivo de la hija de Rocío Jurado en solo dos entregas ya ha puesto contra las cuerdas a su ex y a su hija pero también dejó caer información sobre el viudo de su madre.
Con y su hija, después de los dos primeros capítulos de su testimonio para Telecinco, Rocío Carrasco dejó abiertas otras puertas para las próximas entregas que sin duda prometen seguir dando mucho que hablar.
Entre otras cosas ha generado mucha expectación lo que insinuó sin llegar a decir abiertamente sobre José Ortega Cano: "Yo a José siempre le tuve mucho cariño. Ahora los sentimientos son diferentes. No sé si... Bueno, sí lo sé: no creo que fuese una decisión acertada, desgraciadamente para ella", señaló en referencia a la boda de su madre con el torero y dejando muchas incógnitas en el aire.
Este lunes de resaca en las tertulias televisivas muchos se preguntaban qué había querido decir exactamente y esperaban que en próximos capítulos se extienda algo más.
Mientras su hermana subía una foto de sus padres juntos y riéndose cómplices, en Sálvame el periodistamuy cercano a Rocío Jurado, iba un poco más lejos que ella y aseguraba que la pareja se iba a separar. Que ella era el fuego y él era el agua y que bastante habían durado juntos, básicamente vino a decir.
Durante su participación en Sálvame para contar cómo vivió algunos de los duros episodios que relató Carrasco apuntó que "estamos halando de una época que no es la actual, las cosas eran menos fáciles, se ataba más corto en las relaciones. Rocío Jurado era una madraza, la historia de Barcelona la vivió fatal. Ella olió lo que se les venía encima y rechazó a David desde el primer momento”.
Según Mariñas, "Argentona en aquel momento era un pueblito de Barcelona, estuve varias veces en esa casa y alucinaba. Pensaba el amor no es ciego, es tonto. Ella protagonizaba ese amor, yo lo veía y presenciaba".
Y entre tanto "Rocío y Pedro no podían decir nada, era como pegarse contra una pared. Rocío a los 18 años era caprichosa e impertinente, creo que por un exceso de cariño paterno", apuntó para añadir que "Rocío Jurado se puso de rodillas para decirme que no hablase de su hija ni de Antonio David, me dijo ‘a esa no, que a esa la he parido’. No quería que hablase de David por la repercusión que tenía para ella. A David le tenía cierta simpatía y antipatía a la vez, él representaba un peligro para la familia".
Además, Rocío Carrasco no podía contarle a su madre lo que sucedía en su relación con Antonio David porque "mantenían lejanía de sus cosas íntimas".