Carmina Ordóñez, la otra Rocío Carrasco: su hijo revela los maltratos que sufrió

Carmina Ordóñez fue maltratada por su entonces pareja, Ernesto Neyra, con una crueldad similar a la que Rocío Carrasco ha denunciado haber padecido de su exmarido, Antonio David Flores. Ésa es al menos la denuncia pública que ha hecho su hijo, Julián Contreras Jr, en otro explosivo Sábado Deluxe que precede al estreno de la tercera entrega del serial de la hija de Rocío Jurado, previsto para esta noche.Conviene recalcar que, en ambos casos, no existe condena de por medio y que ni Neyra ni Flores fueron condenados a nada, pese a haber denuncias en su contra, algo a lo que los dos se han agarrado siempre para protestar contra la persecución que dicen sufrir y para insistir en su inocencia.

Pero el hijo de la fallecida Carmina, esposa, hija y madre de toreros de ilustre saga, tiene otra visión de los hechos y la destapó, con contundencia, en una intervención en Telecinco que generará otra tormenta a añadir a las aún vigentes.

“Recuerdo el día en el que mi madre llegó y se sentó en el suelo, se apoyó en el respaldo y me dijo que me iba a contar una cosa. Me dijo que el juez le había dicho que a ella no la habían podido maltratar por ser ella. Tenía escrito en un papel que no respondía al perfil socioeconómico de una mujer maltratada", explicó Contreras sobre los hechos.

Charo Vega lo confirma

Profundizó en el caso asegurando que su madre estaba siendo anulada y que "no tenía capacidad de reacción" hasta que un día, al fin, Carmina le confesó que "era una mujer maltratada" y le contó que "aquel esperpento le golpeó con una plancha", como demostrarían unas fotos de la víctima, tomadas en aquellos momentos, con la cara amoratada.

La intervención de uno de los hijos de Carmina, madre de Fran y Cayetano Rivera Ordóñez, contó con el respaldo de una de sus amigas, Charo Vega, que no dudo en respaldar el testimonio de Julián relatando otra experiencia que ella misma vivió: según ella, recibió una llamada de auxilio que Carmina le hizo en la que le advertía "ven, que me va a matar" y cambió incluso la cerradura de la puerta de casa.