La verdad de Rocío Carrasco (o el traidor Amador Mohedano)

Llegó el turno para Amador Mohedano. El hermano de la chipionera más internacional también tiene porción en el pastel. Rocío Carrasco cuenta su verdad. Un derecho que tiene o una opción que desea ejecutar. Y así lo ha hecho. La versión de Carrasco deja en mal lugar a la prensa del corazón. Los periodistas especializados en la vida de otros (porque ellos lo deciden en la mayor parte de las ocasiones) no han hecho bien su trabajo. Craso error por nuestra parte. Contamos lo que nos interesaba y no la verdad. Según con su versión.

Ella cuenta una verdad en relación con su tío que dista de lo que se ha vivido en los medios de comunicación. La hija de Pedro Carrasco y Rocío Jurado siente un punto de inflexión en sus sentimientos hacia Amador Mohedano. La razón fue descubrir el interés crematístico que tuvo Mohedano con su sobrina en las publicaciones y portadas desde el mismo día de su boda.

Rociíto imputa directamente a su tío ser el mentor de las filtraciones de su vida a la prensa y hacer negocio con la vida de ella. Es una realidad. La suya. Hay otra. La vivida por algunos periodistas. Testigo el televidente.

Los últimos bombazos en el documental de Rocío Carrasco from ESdiarioTV on Vimeo.

Carrasco deja de tener relación con la familia de su madre tras hacerse público el testamento de Rocío Jurado. A raíz de aquellas reuniones e intentar ajustar al voluntad de Rocío Jurado por unos terrenos que no eran urbanizables (en el momento de testar) y al recibir esa herencia los terrenos eran urbanizables (y valor económico diferente) las discrepancias surgen con fuerza y la familia se rompe.

El valor de los tercios del testamento varía por cambiar la calificación de los terrenos. Así lo dice la hemeroteca televisiva. Desde aquel notario, la relación se rompe. Con y el resto de la familia. Esta es otra verdad. La que como periodistas tenemos la obligación de contar. Periodistas de corazón que no especialistas en violencia de género.

Para esta segunda especialidad ya hemos conocido a Ana Bernal-Triviño. La periodista ya estaba ubicada. La novedad es la especialidad. Quizás quiso decir que era especialista en Derecho Penal y dentro de esta jurisdicción del Derecho se inclina por los Tribunales de Violencia de Género en contra de los Tribunales de Instrucción. Quizás. Fue rápida. Mucho más que para elegir el color de su “chaquetita” muy acorde con su pensamiento. Por el análisis que se hace el día después. La televisión tiene eso. Imagen.

La verdad de Rocío genera dudas en cuánto a los tiempos en los que sitúa los hechos. Será su verdad o la verdad de quienes hemos vivido otra historia. Siempre la suya será la testimonial de parte.