La dura muerte de su televisiva examante a los 48 años deja tocado a Jesulín
Fue todo un personaje en la pequeña pantalla durante un tiempo en el que incluso llegó a someterse al detector de mentiras más famoso de Telecinco. El extorero ha roto su silencio por ella.
Jesulín quiso enviar el pésame a la familia de Juani Marchante.
Ajeno a las críticas por no haber visto a sus hijas Andrea y Julia durante su estancia en Madrid la semana pasada por motivos laborales, Jesulín de Ubrique ha regresado a la capital para continuar con el rodaje de , programa en el que compartirá protagonismo y retos a partes iguales con otros rostros conocidos como María Pombo o Norma Duval.
Centrado en esta nueva aventura televisiva el marido de María José Campanario confiesa ilusionado que el programa "va muy bien, pero es muy duro" como en la primera temporada ya señalaron personajes como David Bustamante, Ágatha Ruiz de la Prada o de la primera edición del formato).
"Ya he salido cojo", aseguró entre risas el torero, sin contar cómo se ha lesionado tan pronto.
Aunque Jesulín evitó responder a las por no haber visto ni a Andrea ni a Julia con motivo de su estancia en la capital, sí que rompió su silencio para transmitir el pésame a la familia de Juani Marchante, conocida en televisión como La lechuga, con la que tuvo un affaire hace más de dos décadas y que fallecía el pasado 14 de abril víctima de un cáncer. "Lo siento mucho", confesó apenado el de Ubrique.
Cabe recordar que Marchante falleció un día antes de cumpliar 49 años en Jerez de la Frontera, en Cádiz, a causa del un cáncer de mama que padecía desde hace años. Según Semana, los restos mortales de la que fuera pareja del torero ya descansan en el Cementerio San Roque Puerto Real, en Puerto Real, su tierra natal.
El nombre de Juani La Lechuga aterrizó en la crónica rosa por primera vez en la década de los 2000 tras asegurar en el programa de Telecinco A tu lado que había mantenido una relación con Jesús Janeiro. Se posicionó como defensora de Belén Esteban durante esas colaboraciones en las que incluso se llegó a someterse al detector de mentiras para otorgar credibilidad a su relato de los encuentros íntimos con el torero.