El estudiado plan de Fidel Albiac para permanecer "mudo" y en la sombra
El silencio del marido de Rocío Flores despierta toda clase de rumores y saca de quicio a sus detractores. Pero tiene un buen motivo para seguir así. Y le está dando resultado.
Ya era uno de los personajes más misteriosos de la prensa del corazón, pero después de estrenarse la serie documental de Rocío Carrasco en Telecinco, lo es aún más. Fidel Albiac es el hombre a la sombra de la hija de Rocío Jurado. Nunca ha hablado en los medios, pero sí en los juzgados, para defenderse cuando ha considerado que se atacaba a su honor. Y la Justicia le ha la razón la mayoría de las veces, al no considerarlo un personaje público. Y aquí está la primer gran clave del silencio de Albiac, centro de toda clase de ataques y especulaciones sin fundamento.
La otra clave importante es que decidió un día hacerse abogado para comprender las reglas del juego en el que se había metido al unir su vida a la de Rocío Carrasco. En los veinte años de relación con ella, la única exclusiva en la que ha participado fue la boda, en la revista ¡HOLA!, en septiembre de 2016. Y hace unos días pasó fugazmente por el documental de su mujer. Son sus únicas apariciones públicas.
Según revela La Razón, el sevillano es consciente de que si habla se convierte en un personaje público y legitima y da munición a sus detractores. Así que solo se pronuncia acompañando y guiando los pasos de su mujer, a la que apoyó legalmente y en la negociación con los medios para que contara su historia, desanimada por el poco pábulo que le han dado los tribunales en parte de su guerra contra Antonio David Flores.
La carrera judicial de Albiac
Albiac se propuso convertirse en abogado antes de casarse con la hija de la Jurado porque descubrió que era una profesión que le gustaba y para tener una idea por sí mismo de la maraña judicial en el que a menudo se veía inmerso. Actualmente está colegiado y colabora con el letrado Javier Vasallo, especializado en Penal.
Albiac, según la información de La Razón, descarta montarse por su cuenta, porque se siente a gusto en el bufete del que ha sido su mentor profesional. Además administra el patrimonio familiar y es representante de su mujer al tiempo que hace sus cursos de doctorado. No tiene decidido aún de qué irá su tesis, pero en su familia tiene materia más que de sobra para inspirarse.