Esto es lo que hizo Terelu nada más abandonar el tanatorio por Mila Ximénez
La hija de María Teresa Campos ha desvelado información sobre su madre que no ha tranquilizado mucho a sus fans precisamente. Ella lo está pasando muy mal pero ha encontrado un refugio.
Terelu Campos y Mila Ximénez.
Una semana después de dejara huérfanos a muchos de sus compañeros de profesión, Terelu Campos ha echado mano de su blog de Lecturas para confesar que "está siendo muy duro el proceso de aceptación de lo que ha pasado y de que no voy a volver a verla físicamente".
Admite que "pensarlo me desgarra el alma, aunque, por otra parte, ahora sé que puedo hablar con ella cada vez que quiera. Antes tenía que esperar a que ella tuviera fuerzas para descolgar el teléfono para hablar o para contestar un mensaje, pero ahora está dentro de mí y puedo recurrir a hablar con ella cada vez que quiera o que lo necesite".
Terelu Campos, muy preocupada por María Teresa tras la muerte de Mila
Más sincera que nunca, aunque suele mostrarse siempre natural como la vida misma, revela que le preocupa su madre porque a María Teresa Campos la muerte de Mila "la ha derrumbado" y "ha dado un bajón" porque "no puede superar lo que ha pasado"; "influye mucho pensar en la edad que tienes y en que pueda pasarte algo en cualquier momento", añade.Eso sí quiere destacar y poner en valor la lección que Ximénez dio ante la muerte antes de partir para siempre y desea poder seguir sus pasos cuando le llegue el momento.No menos orgullosa se ha sentido de sus compañeros y de todo el equipo de Sálvame, porque "han sabido transmitir a todos los espectadores que los siguen cada tarde el dolor por su pérdida y su pasión por ella". Cómo será que hasta le hubiera gustado volver a Sálvame aunque fuera solo ese día...
Ya que estaba de abrir su alma, narra lo que hizo ese día y que no pudo ir al tanatorio tan rápido como hubiera deseado porque estaba trabajando: "La desesperación se apoderó de mí. Necesitaba estar junto a su familia en esos duros momentos, porque ellos también son mi familia" y "hasta que no llegué a esa sala de la M-30 no pude tranquilizarme. Quería abrazarme a ellos, llorar juntos y hablar con Mila".
A modo de homenaje, "al salir del tanatorio no sabía adónde ir y, de pronto, decidí ir a El Doble, uno de los últimos sitios donde fui con ella. Me senté y pedí mi ron con mucho hielo y la piel de la naranja en una copa de balón, como siempre hago, pero además pedí su copa: un gin-tonic como a ella le gustaba, en vaso de sidra. Brindé por ella y bebimos juntas. ¡Podéis estar seguros que no por última vez!".
