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20 años de la fatídica llamada con la que Belén perdió a Jesulín para siempre

Se van a cumplir dos décadas del accidente que pudo costar la vida al torero y de su encrucijada sentimental: la de Paracuellos salió de su vida y María José Campanario ocupó su espacio.

Jesús Janeiro y Belén Esteban, con su hija Andrea

Publicado por
Redacción

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En la madrugada del 23 de septiembre de 2001, el todoterreno de Jesulín de Ubrique se salía de la carretera a tan unos pocos kilómetros de su finca 'Ambiciones'. Entró en estado crítico en el hospital sevillano Virgen del Rocío y las gravísimas heridas sufridas casi le cuestan la vida. Pero contra muchos pronósticos, salió con bien de aquel trago, que puso también a prueba a Belén Esteban. Una última petición que le hizo el torero desde la cama del hospital a la madre de su hija Andrea no fue, al parecer, correspondida. Y eso les separó para siempre. Entretanto, María José Campanario apareció en escena y permaneció al lado del diestro. Hasta hoy.Mayte Alcaraz recuerda en La Razón aquella encrucijada no solo vital, sino también sentimental, a la que se enfrentó Jesús Janeiro hace dos décadas. Una llamada por teléfono a Belén Esteban, con la que ya no tenía vida en común, desencadenó muchos acontecimientos.

En concreto, el torero llamó a su ex para pedirle que hiciera el favor de llevar a Andreíta, acaso con la intención de despedirse para siempre, pues pensaba que podría morir en el hospital. Pero la hoy colaboradora estrella de Telecinco se negó cuando el torero manifestó que no quería verla a ella, sino a la niña nada más.

"Si no quieres verme a mí, tampoco vas a ver a tu hija", aseguran que le respondió enojada la princesa de San Blas. Y le colgó el teléfono. Según los testimonios recabados por Alcaraz, si Belén hubiera llevado a Andrea, seguramente no le habrían prohibido la entrada en la habitación, dadas las circunstancias, por más que la relación de ella con la familia Janeiro se hubiera deteriorado también.

En la muerte del padre de Belén Esteban

Aquel desencuentro, en tan delicado momento, supuso la ruptura definitiva con el padre de Andrea, con el que ni tan siquiera ha quedado una sencilla amistad. Volvieron a encontrarse unos años después en el tanatorio donde se velaba el cuerpo sin vida del padre de la colaboradora televisiva.

Jesús siempre le profesó un gran cariño al que pudo ser su suegro y quiso darle un último adiós.

Aunque se ha comentado que, en aquel momento, el torero le reprochó a una destrozada Belén aquella petición no correspondida y que las cosas entre las dos habrían cambiado, de haber consentido, no es cierto. Apenas le musitó unas palabras de sentido pésame y de recuerdo a su padre, "un hombre bueno".

Entretanto, una joven llamada María José Campanario, a la que había conocido poco tiempo antes tomando café con unas amigas, acudió al hospital interesado por su estado y para acompañarle en tan duro momento. Y hasta hoy no ha dejado de estar a su lado.