En el momento más delicado de su hija, María José Campanario intenta desconectar
La mujer de Jesulín de Ubrique no se separa de Julia Janeiro en los últimos tiempos y pasa mucho tiempo en la capital con ella. No es para menos después de lo que ha salido a la luz.
En un momento muy complicado para su familia desde que Julia Janeiro cumplió la mayoría de edad, María José Campanario ha vuelto a Madrid para estar cerca de la joven en el que probablemente sea el momento más duro de su vida.
Y es que tal como publicó Jesús Manuel Ruiz en ESchismógrafo, la hija de Jesulín de Ubrique habría sido víctima de acoso, amenazas e incluso agresión por parte de su último novio, Brayan Mejía, llevando a la joven a tomar medidas legales contra el futbolista por la persecución a la que ha sido sometida en los últimos tiempos.
Una información que ni Jesús Janeiro ni María José Campanario, muy preocupados por Julia e intentando proteger la intimidad de su hija en estos delicados momentos, han confirmado por el momento, aunque las temporadas cada vez más largas que la odontóloga pasa en la capital para no dejar sola a la influencer, de 18 años, demuestran que el matrimonio ha cerrado filas en torno a Juls.
Si hace unos días se vio a dando un tranquilo paseo por la capital con el nuevo novio de Julia, el también futbolista Álex Balboa (implicado presuntamente en un altercado con Brayan en una conocida discoteca madrileña, en el que la hermana de Andrea Janeiro habría acabado por los suelos tras defender a su pareja de los ataques de su ex) ahora la mujer de Jesulín se ha dejado ver de nuevo en Madrid, pero esta vez en solitario.
María José Campanario optó por un cambio de look para intentar despejarse
Visiblemente preocupada por el delicado momento que atraviesa su hija, Campanario intentó despejarse y olvidarse por unas horas de la pesadilla que estarían viviendo en los últimos tiempos, acudiendo a una peluquería, de la que salió completamente renovada.
Con unas favorecedoras mechas californianas y un peinado de lo más moderno, una rubísima María José ponía rumbo a la casa en la que Julia reside a las afueras de la capital para reencontrarse con su hija (de quien apenas se ha separado en los últimos días) muy pendiente de su teléfono móvil y con el rostro especialmente serio. Más delgada, la odontóloga apostó por la comodidad con un pantalón vaquero, un abrigo rosa y unas zapatillas de deporte.