El día que cambió la vida de Carlos Marín, el hombre que almorzaba en Gran Vía
Su inesperada e inminente muerte por Covid a los 53 años de edad ha teñido de luto a todo el mundo de la música. Gran conocido de la profesión desde hacía mucho dio el salto internacional.
Su fallecimiento ha vestido a la música de luto. Su voz se apaga y deja huérfano al grupo Il Divo. Era la pieza española del cuarteto que revolucionó la música a nivel mundial. La Covid19 se ha llevado a este barítono que cautivaba por sus cuerdas vocales, su mirada y su traje de chaqueta.
comenzaba su carrera en la orquesta del programa de Jesús Hermida en TVE. Fue el primer matinal de una cadena de televisión que contaba con orquesta. Carlos Marín era la cara visible. Aquí se hace popular. Era la televisión que veían los españoles. La única. De aquellos años estrecha una bonita relación con María Teresa Campos. Una amistad que ha perdurado a lo largo de los años.
De Prado del Rey da el salto a la Gran Vía madrileña con la producción El Hombre de la Mancha junto a Paloma San Basilio y Pepe Sacristán. Tras el éxito llegaron dos musicales más. Fue seleccionado para participar en El fantasma de la ópera y La Bella y la Bestia en el Teatro Lope de Vega.
Carlos Marín, un habitual de la Gran Vía madrileña
Aquellos días, Carlos Marín era un habitual en el VIPs de Gran Vía a la hora del almuerzo. Estando en la producción de La Bella y la Bestia, su agente lo apuntó a un casting en Londres para hacer la audición de un grupo que se iba a llamar el Il Divo. Realiza la prueba y vuelve a España a continuar con sus proyectos.
Córdoba fue la ciudad que le cambia la vida. En esta ciudad andaluza, un día Marín recibe la llamada de su agente y le dice que lo han seleccionado para ser el cuarto del cuarteto Il Divo. 100.000 libras es el contrato que le ofrecen por cancelar todos sus compromisos laborales durante un año que es el tiempo que va a durar la preparación del primer trabajo del grupo. Aquello fue un sueño hecho realidad. Así fue. Aceptó y cambió su vida. Para siempre.
El día que Carlos recibe la llamaba de su agente estaba almorzando con cinco compañeros más en el restaurante italiano Caracciolo. Allí celebra el cumpleaños un amigo palentino de Marín. El artista se encuentra en la ciudad de Córdoba representando la ópera Romeo y Julieta. Diciembre del año 2003. Aquella llamada supuso el antes y el después en la vida artística de Carlos Marín que nos ha dejado este fin de semana en Manchester. Un vida meteórica que se ha visto truncada este fin de semana en Manchester a consecuencia de la Covid 19.