La tarde más complicada para Paz Padilla en la que atentaron contra sus derechos
Belén Esteban se dará cuenta con el tiempo, que no era oro todo lo que relucía. Puede ser el final de la andaluza en Sálvame. Siempre que ella lo decida, porque tiene buenas agarraderas.
Desde el principio todo indicaba que podía suceder. Paz Padilla no presenta su mejor cara. Jueves, 17 horas de la tarde. 20 de enero. Padilla es lo cómica que sabe convertir el programa de entretenimiento en un show televisivo. Paz está seria. Expectante. Quizás piensa que sucederá algo en Sálvame. Quizás lo sepa con seguridad por sus años (en la televisión). Y sucedió.
Paz Padilla nunca se ha quitado el micrófono y se ha ido. Eso es cuestión de otros. Ella nunca. Lo ha hecho. Sus razones tendrá. Y compartidas por muchos. Ella es la que mejor embajadora del espectáculo. En lo teatral, en lo televisivo y en la vida general. De ahí su éxito sin precedentes en el libro y en el teatro con El Humor de Mi Vida.
Enfrente de Paz, Belén Esteban. Un debate sin debate. No lo hay. Ninguna es negacionista. Ni anti vacunas. El debate se generó porque interesaba y no se encontraba a otro que se alejara más de la nueva moral establecida. Y no hablamos de religión católica sino de la nueva religión, según se habla y se opina. Este jueves no había otro negacionista o no lo quieren manifestar. Paz Padilla ha sido una abanderada de todo lo contrario. Incluso ha discutido "en privacidad" con negacionistas hace ahora año y medio. Era la antítesis al retrato que se a quiso mostrar de la gaditana. Padilla vende pero no hay debate.
Su intervención en una red social con Anne Igartiburu y María del Monte para hablar como imágenes de ser las responsables en sus diferentes cadenas de dar la bienvenida al 2022. Aquella noche puede ser el final de Paz Padilla en Sálvame. Siempre que ella lo decida, porque tiene buenas agarraderas. Por su profesión, su oficio y por el cariño que recibe del público. En una conversación larga con sus compañeras, Padilla habla del Covid y su consecuencias. Y las vacunas. Paz Padilla no habla en ningún momento de hablar de ser anti vacunas. Jamás. Así lo ha manifestado en público y en privado. La conversación es larga y se extrae de muchos minutos, unos frames (medida de edición en televisión) . Se ha tergiversado la conversación y la noticia. La noticia es otra.
El peligro de lo que Belén Esteban quiso hacer con Paz Padilla
Belén Esteban intenta defender algo que no ha visto. Al menos en su totalidad. Por un momento está perdida. Al final asciende como la espuma y asegura que Paz Padilla no cree en la vacuna. Es su opinión basada en información no total. Llega el momento álgido donde se quiere poner sobre la mesa si Paz Padilla está vacunada o no. Peligro. Eso lo tiene que decir la comunicadora. Y lo ha dicho. Tampoco es noticia eso.
La noticia es que está jugando con lo más íntimo que tiene el ser humano (al menos el español por su Constitución de 1978). El derecho a la protección de datos y más sanitarios está sumamente protegido y no se puede desvelar. Sea verdad o mentira. Eso aquí no importa. La salud, la religión, la política y el sexo son Derechos Fundamentales de la Constitución Española del 78. Derechos Fundamentales son aquellos que tienen mayores garantías que el resto de derechos. Están protegidos aún a pesar de que se informe de ellos y sean verdad contrastable por el informador. Al juez no le interesa la veracidad sino la protección.
La Carta Magna tiene 169 artículos y 14 son Fundamentales (del 14 al 29). Paz Padilla no conocerá de derechos pero conoce la televisión y este mundo. Y sabe qué línea no va a traspasar. Belén Esteban se dará cuenta con el tiempo, que no era oro todo lo que relucía. La Esteban tiene un fondo distinto al de su forma. La forma es variante. En función de las necesidades. El fondo es innato. Y es bueno por ella y aprendido por extensión de su marido. El hombre que da cordura.