El "ser de luz", se apaga

Rocío Carrasco es un fenómeno. Hasta en el final de su existencia mediática -de momento- lo ha demostrado. Ha pasado del todo a la nada. Del blanco al negro. Aquí no existen los grises y no es la Guardia Civil. Durante 11 meses ha sido la protagonista absoluta de la prensa del corazón. De horas horas y horas de Rocío Carrasco a nada, y no es del verbo nadar.

Esta semana Mediaset ha decidido que el tema Rocío Carrasco queda relegado a otro momento. “Montealto” se ha quedado bajo. Rocío Carrasco desaparecía de nuestras vidas hace tan solo unos días. Y aún sin conocer el contenido de algún habitáculo de la casa de mamá. Estaba previsto para este viernes pero finalmente cambiaron los planes y pudimos ver al actor Jorge Sanz.

En este año hay palabras de Rocío Carrasco que nunca se olvidarán. Aquel “no tiene coña” que pronunciaba con tanta vehemencia Rocio Carrasco y esa descripción de amor para hablar de su marido Fidel Albiac “el ser de luz”. Y todo comenzó para contar su verdad y para poder seguir viva. Todo iba sobre ruedas.

Mucho apoyo incluido el institucional. La ministra de Igualdad, Irene Montero, no tardó en posicionarse esa misma noche de aquel 21 de marzo de 2021 mostrando su apoyo a Rocío Carrasco en aras de un feminismo mal entendido y dar la espalda al Estado de derecho. Se puede perdonar u obviar a Irene porque es psicólogo y no abogado.

Distinto es que no hablaba Montero, el apoyo fue de la ministra de Pedro Sánchez que llegó a la cartera por méritos propios. De mujer. Detrás de la ministra en apoyo pareció la socialista Adriana Lastra y caras conocidas del gourmet artístico más ancorado a la izquierda -o se creen que están posicionado ahí-. Otra cosa es que lo sean de verdad.

Mediaset ha decidido retirar al personaje de Rocío Carrasco y su verdad, para seguir viva. Como empresa privada tiene todo su derecho incluso tendrá razones. Rocío Carrasco ha perdido fuelle informativo en este último año. El público la acompaña menos. La audiencia también. Menos adeptos por la causa de Rocío Carrasco. Al gran público le cuesta creer que una madre no tenga relación con sus hijos desde hace tiempo sin entrar en las razones que puedan llevarla a tal decisión drástica. Esta misma gente no entiende la no existencia del perdón, si es que se tuviese que producir por alguna de las partes.

Rocio Carrasco se queda sin cuota de pantalla. No es descabellado que en las próximas elecciones generales pueda ir por la lista de la izquierda, de Unidas Podemos, y devolverle a la izquierda más extrema el apoyo “desinteresado” que le prestó aquella tarde de marzo desde su despacho de trabajo con las bandera de España a su espalda.